En algunos rincones del mundo, todavía hay dictaduras que creen que las expresiones artísticas de otras partes del mundo -de mejor o peor calidad, eso no está en discusión- podrían dañar sus sistemas de creencias inalterables. Y eso fue lo que confirmó el régimen chino, al prohibir la presencia de Justin Bieber con su Purpose Tour. Lo informó en la noche del jueves la Oficina de Cultura de Beijing en un comunicado, en el que impedía al joven canadiense de 23 años presentarse en la capital con su show.
"Justin Bieber es un talentoso cantante, pero también es un controversial joven extranjero", señaló esa entidad censora en su carta. "Con el fin de mantener el orden en el mercado chino y purificar el contexto de las presentaciones chinas, no es adecuado traer artistas con mal comportamiento. Esperamos que a medida que madure, Justin Bieber pueda seguir mejorando sus propias palabras y acciones, y verdaderamente se convierta en un cantante amado por el público".
Aunque no se dieron explicaciones racionales sobre por qué decidieron emitir el comunicado ahora, se cree que la aclaración vino a cuenta de una consulta hecha por un fanático chino sobre la ausencia repetida del gran cantante de Canadá.
Pero la furia de la dictadura china con Bieber no es nueva. En 2014, en una gira por Japón, el joven artista realizó una visita polémica en la que honró a los caídos durante la Segunda Guerra Mundial, muchos de ellos considerados criminales de guerra. Ese gesto fue tomado como un insulto por varios países de la región. El cantante pidió disculpas, pero el daño ya había golpeado en el ánimo del régimen chino, pueblo que sufrió como pocos la invasión japonesa desde comienzos de siglo XX hasta el final de la contienda bélica.
Cientos de miles de chinos esperaban con deseos la llegada de su ídolo hacia septiembre, cuando está prevista su gira por Asia. Sin embargo, el anuncio hecho por la Oficina de Cultura fue un baño de realidad para todos ellos: no están en un país libre.
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