Pippa Middleton no quiso que la actriz estadounidense Meghan Markle, la nueva novia del príncipe Harry, le robara el protagonismo en uno de los eventos sociales más esperados en Reino Unido: su boda con el financista James Matthews.
Por ello, tanto la casa real británica como la familia Middleton decidieron que la estrella de la serie Suits no forme parte de la ceremonia religiosa, que se llevó a cabo el 20 de mayo en Englefield, al oeste de Londres.
La prensa local esperaba con gran expectativa las primeras fotos oficiales de Harry junto a la famosa actriz. Pero eso nunca sucedió. Sólo pudieron obtener una foto del monarca ingresando muy tarde a la celebración junto a Markle.
Varios reportes señalan que Harry hizo un viaje de más de 160 kilómetros para traer a su novia a la fiesta, que se realizó en la finca de Carole Middleton y Michael Middelton, en Buckleburry, Inglaterra, localizada a unos 80 kilómetros al oeste del Palacio de Kensington en Londres.
Para poder excluir a Markle del enlace, el palacio de Buckingham aplicó la regla de "no ring, no bring". Es decir, sólo para parejas casadas o comprometidas. Por lo tanto, no estuvo en la lista de invitados en la ceremonia de Pippa y Matthews, realizada en la iglesia St. Mark.
Sin embargo, el hermano de Pippa y Kate, James Middleton, fue en compañía de su novia, la presentadora de televisión Donna Air, mientras que Markle estuvo "escondida" de los flashes.
Ahora la media hermana de la actriz salió en su defensa y afirmó que Lady Di -madre de Harry y William- estaría "horrorizada" al ver el trato que recibió la novia de Harry. "Es de muy mal gusto que la familia real la excluyera", declaró Samantha Markle al sitio Radar Online.
"Ignorar a Meghan en la ceremonia y para las fotografías es puro esnobismo", continuó. "Ella debería haber estado allí". A pesar de sus diferencias con hermana, ella -dice- está de lado de su lado. "No siempre estoy de acuerdo con cosas que hace mi hermana, pero ella es una víctima aquí", concluyó.