Dos talentosos artistas callejeros llamados Guy Laliberté y Gilles Ste-Croix, quienes deslumbraban con sus performances acrobáticas a cambio de una moneda a transeúntes de Quebec allá por 1984, difícilmente hubiesen imaginado que treinta años más tarde serían los "padres" de un imperio circense con ingresos anuales en torno a los 845 millones de dólares.
Convertida hoy en el mayor productora teatral del mundo, pocos saben que la compañía canadiense de entretenimiento conocida por su nombre en francés Cirque du Soleil con sede central en Montreal – más precisamente en la localidad de Saint-Michel – estuvo al borde de la quiebra debido a los problemas financieros que ahogaban a sus novatos fundadores.
Bautizados inicialmente como "Les Échassiers" – en alusión a los hombres que caminan haciendo equilibrio sobre zancos – la gira de la troupe que recorría Quebec formada por los dos hombres que dieron origen al coloso actual gozaba de relativa popularidad, pero los problemas para convertir su propuesta teatral en un negocio rentable hicieron que en el año 1983 debieran recurrir a un subsidio del Consejo de las Artes Canadiense.
El éxito posterior de "Le Grand Tour du Cirque du Soleil" en 1984 les aseguró más apoyo del gobierno lo que les permitió contratar al legendario Guy Caron de la Escuela Nacional de Circo para poder reformular el espectáculo y convertirlo en lo que ellos creían debería ser un "verdadero circo", donde se destacarían hasta el día de hoy las performances teatrales basadas en el desarrollo de personajes y la ausencia absoluta de animales dentro de lo que se conoce como el "nouveau cirque".
Cada espectáculo de Cirque du Soleil es un muestrario de estilos circenses de alrededor del mundo y cuenta con su propio tema central y narrativa que lo distingue, más allá de conservar una identidad de marca grabada a fuego e imposible de confundir. El uso de una banda musical en vivo lo distingue de otras propuestas, así como el hecho de que se emplea a los propios performers para realizar los cambios de escenografía entre cada acto.
Luego de varios espectáculos exitosos y otros no tan populares durante la década del ochenta, la "Nouvelle Experience" de Franco Dragone le permitió a la empresa finalmente ser rentable para principios de 1990 y a la vez continuar invirtiendo en nuevos espectáculos de producción más elaborada.
En la actualidad la compañía ofrece 19 shows en 271 ciudades distribuidas a lo largo de seis continentes, con unos 4.000 empleados de más de 40 países. Sin lugar a dudas la capital del imperio circense se encuentra en la ciudad del pecado de Las Vegas, Nevada, donde una variedad de shows permanentes entretienen a 9.000 personas por noche, lo que representa el 5% del total de los visitantes al destino turístico.
Más de 90 millones de personas han asistido a un show de Cirque du Soleil alrededor del mundo al día de hoy, lo que ha generado también jugosos contratos televisivos, asociaciones comerciales con firmas de indumentaria y la apuesta al lucrativo nicho de eventos privados y corporativos que permiten a los acaudalados interesados vivir la experiencia acrobática en primera persona.
La gran recesión que se comenzó a gestar a fines de 2008 en Estados Unidos y llevó a una debacle económica mundial, afectó los ingresos de sus vitales shows de Las Vegas, además del fracaso del espectáculo "Viva Elvis" y el primer accidente fatal sufrido por un artista sobre el escenario ocurrido en 2013 en Nevada, hicieron que la compañía tuviese que realizar despidos masivos por primera vez en su historia, alrededor de 400 de un total de 5.000 empleados.
El gran salto a nivel financiero tuvo lugar en 2015 cuando TPG Capital, un grupo inversor norteamericano con base en Tejas, en conjunto con otras dos firmas adquirieron el 90% de Cirque du Soleil por un estimado de 1.4 mil millones de dólares. La compra ha generado el reemplazo de prácticamente todo el liderazgo ejecutivo, con el objetivo de también "limpiar" las prácticas financieras de la compañía e implementar procesos de análisis de datos donde antes reinaba la intuición.
Pero más allá de los ajustes que se debieron hacer en los últimos años, expertos aseguran que la compañía teatral tiene un prometedor futuro por delante, sobre todo considerando que antiguos competidores de centenaria trayectoria como Ringling Bros y Barnum & Baley debieron cerrar sus puertas debido – en gran parte – a la preferencia del público por shows más sofisticados y sobre todo sin animales sobre el escenario.
Rumores de un parque temático y un proyecto enfocado en el segmento infantil, además de una asociación con la liga de fútbol americano NFL para diseñar una tienda interactiva en el Times Square de Nueva York son símbolos de prosperidad en el corto plazo y pronostican una infinidad de nuevos shows acrobáticos de primer nivel para familias de todo el mundo.
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