"En mi opinión, si puedes disfrutar de lo que haces, ésa es la mejor profesión posible", decía Enkh-Erdene Otgonbat en la entrevista previa a saltar al escenario para mostrarle al mundo su voz.
Parecía tímido y nervioso. Sin mucha relación con el mundo de la música. Mucho menos, con el country, un género nacido en el corazón de los Estados Unidos.
Sin embargo, cuando empezó a cantar dejó a todos, público y jurado de Mongolia tiene talento, con la boca abierta. Su versión de "Amarillo by Morning", de George Strait, fue increíble. Por su precisión, por la voz y hasta por la pronunciación de las palabras.
La incredulidad llegó al punto de que una competidora que lo escuchaba detrás del escenario se preguntó si era verdaderamente él quien estaba cantando. Obviamente, lo cuatro jueces votaron para que pase de ronda.
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