El humor ha sido una herramienta usada hasta el hartazgo en las campañas presidenciales a lo largo de la historia e incluso ha logrado que candidatos estériles se convirtieran en amigables figuras cotidianas por medio de la ridiculización de ciertos comportamientos o formas de manejarse en público, representaciones que pueden llegar a ser más decisivas de lo que muchos piensan a la hora de definir una elección.
Sin ir más lejos, el icónico programa cómico del sábado por la noche Saturday Night Live, de la cadena NBC, ha servido como plataforma desde 1975 para no sólo lanzar al estrellato a innumerables actores mediante insólitos sketchs satíricos, sino también para marcar el tono a nivel popular en lo que respecta a la apreciación que se tiene sobre los innumerables candidatos que se han postulado para el puesto máximo de la Casa Blanca durante las pasadas décadas.
El caso de la controvertida y mediatizada campaña presidencial actualmente en curso en los Estados Unidos parece haber sido concebido especialmente para el escenario de SNL, con dos candidatos que por distintos motivos ofrecen material de sobra para que actores de la talla de Alec Baldwin y Kate McKinnon brillen en la pantalla chica.
La parodia del segundo debate presidencial, el cual tuvo lugar el pasado 9 de octubre en la ciudad de Saint Louis, Misuri, fue especialmente dura contra el candidato republicano, envuelto en un nuevo escándalo tras la reciente difusión de una grabación en la que se lo puede escuchar alardeando de un comportamiento más que inapropiado frente a distintas mujeres, entre ellas la ex anfitriona del programa Entertainment Tonight Nancy O'Dell.
Luego de que los falsos moderadores se vieran obligados a tomar un "shot" de whisky para poder sobrellevar la "pesadilla" que se les avecinaba, los dobles de Trump y Clinton fueron haciendo muestra de todos los tics y comportamientos que han ido mostrando en sus distintas apariciones públicas.
Por el lado de Clinton, su falta de espontaneidad y exceso de planificación de cada movimiento y palabra fueron destacados, mientras que la completa falta de tacto y conexión con las problemáticas actuales de Trump fueron resaltadas mediante la caricatura encarnada por Baldwin.
Consultado acerca de si se consideraba un buen modelo a seguir para la juventud, Trump (Baldwin) contestó: "Yo amo a los niños, me gustan tanto que me casaría con ellos", haciendo clara alusión a sus dichos sobre el atractivo físico de su hija Ivanka y sobre una niña de diez años que en 1992 visitó la Trump Tower, sobre la que aseguró: "Yo saldré en una cita con ella en diez años".
Por el lado de la candidata demócrata Clinton, se pudo ver a su doble cómica relajada tras asegurar que reconocía de su oponente Trump "la generosidad de haberle entregado en bandeja la elección el pasado viernes" y tras burlarse, a la vez, del intento del republicano de atacarla por el comportamiento fuera de lugar del ex presidente Clinton en lo que respecta a relaciones extramatrimoniales.
"¿Amantes? ¿Bill, cómo pudiste, justo durante el debate? ¿Ahora cómo recordaré cifras y hechos? ¡Donald, no! ¡Por favor, estoy hecha de acero! Esto no es nada… ¡Hola chicas!", saludó la doble de Clinton a las supuestas cuatro amantes de su marido, que la miraban desde la audiencia.
El flamante ícono popular Ken Bone también tuvo su aparición en el sketch cómico, el cual promete volverse más acido y duro a la espera del tercer y último debate presidencial, que se espera el miércoles próximo en la ciudad de Las Vegas, Nevada.
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