Kim Kardashian fue víctima de un violento robo en París el lunes por la madrugada. Un grupo comando ingresó a su departamento – ubicado en el selecto Distrito 8- y se hizo con joyas por un valor estimado de USD 10 millones.
Entre los lujosos objetos robados en el exclusivo hotel parisino L'hôtel de Pourtalès se encontraba el anillo de compromiso de 15 quilates que Kanye West le regaló a la estrella recientemente. Era la segunda sortija que el rapero obsequiaba a su esposa, con quien se casó en el año 2014.
Los ladrones, no obstante, aún no culminaron su trabajo, ya que deben vender los bienes en un mercado pequeño, muy selecto, en el que las joyas sospechosas pueden ser rápidamente descubiertas. Cómo harán entonces para no quedar en evidencia.
Pueden romper la piedra preciosa que adorna su anillo en gemas más pequeñas para venderlas. Así son menos menos valiosas, pero es más difícil rastrearlas, explicó a CNN Lee Henderson, un agente de inteligencia en SaferGems, que lucha contra los crímenes de la industria de la joyería.
La estadounidense mostraba el particular objeto de deseo de la firma Lorraine Schwartz Diamonds & Fine Jewelry en todos los eventos que concurría desde el momento en que West se lo entregó el mes pasado.
El especialista indicó además que las imágenes de las alhajas serán distribuidas por las autoridades entre los comerciantes legales, lo que hace imposible que los criminales puedan encontrar un comprador en ese mercado que no sepa qué le están ofreciendo.
Para el experto, los ladrones podrían haber pensado en esto antes de llevar adelante el robo. Si así fuera, el destinatario de estas piezas de valor millonario ya podría tener el botín en su mano, aunque por el momento nadie sepa en qué lugar del mundo está.
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