La alianza antiterrorista, encabezada por Estados Unidos, continúa intensificando sus esfuerzos para vencer al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en Irak y Siria. Como parte de esos esfuerzos, el Pentágono destinó 700 millones de dólares en nuevas tecnologías con el objetivo de derribar los drones del grupo yihadista.
El mes pasado el Ejército norteamericano realizó algunas pruebas en el desierto de Nueva México. Sin embargo, funcionarios del Pentágono advirtieron que muchas de esas tecnologías "todavía no están maduras" y "requieren un mayor desarrollo", según consigna Daily Mail.
Mientras resiste las ofensivas de la alianza antiterrorista, que apoya al Ejército iraquí, y de las tropas del régimen de Bashar al Assad, respaldadas por Rusia e Irán en Siria, el Estado Islámico cada vez utiliza más aviones no tripulados.
Con este nuevo programa, Estados Unidos espera reducir esa amenaza terrorista.
En las pruebas realizadas el mes pasado en el White Sands Missile Range de Nueva México incluyeron el uso de pistolas láser y redes de alta tecnología.
Ese láser, llamado "Athena", puede ser colocado en tanques u otros vehículos y producir un golpe mortal invisibles a los drones enemigos. Sin embargo, el Pentágono espera desarrollar esa tecnología para que en un futuro puedan ser incluidos en aviones de guerra, helicópteros y barcos.
No obstante, y pese a los avances alcanzados, las autoridades norteamericanas advirtieron que aún resta desarrollar aún más las sofisticadas tecnologías con las que Washington busca terminar con la creciente amenaza de drones de ISIS.
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