"Todo el mundo necesita belleza. Y pan". "Mi querida Vonna, ¿te casarías conmigo?". "Para Ella, que su espíritu rebelde siga vivo por siempre". Estas frases que esconden historias, que hablan de personas, que relatan vidas (o tramos de ellas) están grabadas en placas de metal en más de 4.200 bancos del Central Park.
Ese pulmón gigante emplazado en medio de Nueva York, que para muchos es un sitio para correr, un espacio para pasear con las mascotas o llevar a los niños a jugar, es también un lugar que alberga miles de historias de amor.
Quizás para algunos esta costumbre de dedicar textos inmortales en espacios públicos no sea una gran novedad. Después de todo no es el único parque donde se pueden adoptar bancos de plaza. Sin embargo para otros, como es el caso de quien escribe, fue todo un descubrimiento casual (¿de qué otro modo puede ser un descubrimiento?) durante una sesión de entrenamiento matinal.
Para grabar los nombres o frases en uno de estos bancos hay que recurrir al programa Adopta un banco, gestionado por la comisión a cargo de la Conservación del Central Park.
La iniciativa surgió en 1986, y se concibió como una manera de financiar el mantenimiento de los bancos y sus alrededores. Para adoptar un banco hay que invertir, como mínimo, 10 mil dólares. El valor aumenta en función del modelo y la ubicación.
Hay cuatro diseños para elegir: los clásicos de madera y cemento; unos con apoyabrazo circular, que datan de 1939; los que son doble cuerpo y unos rústicos hechos 100% en madera. Estos últimos son los más costosos. Para adoptarlos se debe invertir unos 500 mil dólares (y más también).
Colocar la placa, entre la producción y la instalación, demora unas ocho semanas . También se emite un certificado a nombre del donante, dando cuenta de la acción solidaria realizada.
Muchos optan llevan adelante esta acción como un regalo de aniversario, graduación o cumpleaños. Para otros es una manera de pedir matrimonio o simplemente sorprender a un amigo o pareja. También existen muchas inscripciones en memoria de gente que falleció.
"Central Park, por siempre inolvidable". "Que todo lo que crezca en este hermoso jardín tenga felicidad eterna". "Querido viajero, descansa aquí un rato y nútrete con la energía de la belleza que lo rodea".
Los bancos revelan apenas unos fragmentos de historias e interpelan a que el caminante curioso rellene los puntos suspensivos con su imaginación. También invitan a detenerse y disfrutar de ese pequeño reducto verde dentro de un mar de cemento, la Gran Manzana.
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