Le dicen La Parca, como la muerte misma, porque fue el terror de sus enemigos. Nick Irving hizo parte de uno de los escuadrones más mortíferos del ejército de los Estados Unidos.
Irving, 30 años, es considerado uno de los mejores francotiradores en la historia de las fuerzas militares. Durante una misión que duró cuatro meses en Afganistán, mató con su fusil a 33 talibanes. A partir de ese momento se convirtió en una leyenda viviente para sus compañeros.
La primera persona que mató fue a los 18 años durante una misión Tikrit, Iraq. Al enemigo le destrozó el cráneo luego de descargar todo el cartucho de su fusil en él. Esa noche el cadáver del hombre giraba sobre su cama, con la sangre derramándose encima de él. Fue una pesadilla terrible, pero no siento más el horror ni el peso de sus muertos. A partir de ese día la sangre se lo tornó fría: matar al "malo" era su misión.
Irving escribió dos libros en los que cuenta sus días como soldado. El estadounidense creció en el seno de una familia de militares en Maryland, su padre fue sargento del ejército.
En el colegio fue un alumno destacado y desde temprana edad mostró un gusto y un talento único, que luego se transformó en mortal, con las armas. Las paredes de su casa de niñez estaban agujeradas con balines disparados con su rifle de aire comprimido.
Uno de los momentos más duros que vivió en un batalla fue cuando le destrozaron la pierna de un tiro al comandante de su escuadrón, que es uno de sus mejores amigos.
Lo escuchó gritar: "¡Me dieron! ¡Me dieron! ¡Mi pierna! ¡Maldita sea!", contó.
Sus seis años en el ejército serán retratados en una mini serie en la cadena estadounidense NBC, que será producida por famoso artista del hip-hop Jay Z.
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