Estaba nublado pero, en el momento preciso en que tenía que despejarse, el cielo sobre Charleston se abrió y permitió que el público local y los numerosos visitantes de esta ciudad de Carolina del Sur vieran los instantes finales del eclipse solar sobre los Estados Unidos. Desde este punto en la costa atlántica del país el fenómeno se perdió rumbo al océano, donde lo vieron los pasajeros de un crucero.
Apenas terminaron los gritos y los aplausos, unos truenos desanimaron a la multitud. La gente se alejó apurada en busca de los automóviles que quedaron en los pocos lugares para estacionarlos que había en el casco histórico de la ciudad. Lo propio ocurrió en los diversos puntos del país donde se pudo disfrutar del fenómeno. Allí estacionamientos, e incluso carreteras, quedaron colapsados por la cantidad de espectadores.
También los transportes de los hoteles trasladaron a las personas para ser testigos de este suceso. Según estimaciones de la NASA, aproximadamente un millón de visitantes llegarían a este estado sureño para ver el eclipse solar total.
Hubo una enorme actividad comercial, y la eclipsemanía llevó los precios del hospedaje a diez veces su valor habitual: algunos hoteles ofrecían sus habitaciones comunes a USD 1.000 la noche. Y cuando ya no quedaron, en Airbnb hasta se ofrecieron sillones en salas a USD 100.
Para evitar el gran trasiego, muchos locales esperaron los dos minutos de noche en pleno día desde sus jardines y en los campos aledaños. El equipo de Infobae Miami, que manejó hasta Charleston nueve horas desde el balneario de la Florida, también debió dejar su automóvil a media hora de Marion Square, en el centro de la ciudad, donde la gente se fue acercando desde la mañana.
Grandes y chicos yacían sobre mantas, se reclinaban en sillas de camping o simplemente caminaban con la cabeza echada hacia atrás: todos querían ver el momento del eclipse. Con los anteojos protectores que muchos habían comprado —con anticipación antes de que se agotaran en la web, o a USD 20 en la calle, donde a último momento se llegaron a cotizar a USD 100—, y miraban al cielo.
Desde la 1:30 se pudo ver la mancha del paso de la Luna entre la Tierra y el Sol, que avanzó hasta que, a las 2:47, llegó la totalidad. Algunas personas llevaron sustitutos de los anteojos: platos de papel pegados a los filtros solares #14, máscaras de soldador, cámaras oscuras (estenopeicas) hechas con cajas de cereales.
La celebración más grande se dio en el parque The Bend, de casi 7 hectáreas, en la ciudad vecina de North Charleston, en una curva del río Ashley. Después de todo, el país entero se paralizó durante este espectáculo digno de ver, que en 14 estados se pudo apreciar completamente: un disco negro perfecto que dejaba a la vista una corona del sol.
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