Los Murrin volvían de un día de paseo cuando abrieron la puerta de su casa, en el condado de Chesterfield, Virginia (Estados Unidos), y se encontraron con una escena de una película de terror. Las paredes y los pisos estaban repletas de manchas y salpicaduras de sangre.
"No notamos nada en la puerta de entrada, pero cuando ingresamos con mi madre, enseguida vimos manchas de sangre en el piso y miramos la escalera y vimos una huella de sangre que bajaba desde el piso de arriba hacia abajo", contó Tristan Murrin a ABC8 News.
"Arriba, todo era sangre", agregó.
Pero cuando vieron llegar a su perro Oden a saludarlos con efusividad comenzaron a sospechar que algo había sucedido.
En el barrio de Ashbrooke, varias casas habían sido asaltadas en el últimos tiempo. Y, al parecer, alguien había ingresado a la casa de los Murrin durante su ausencia y fue atacado por el ovejero alemán de la familia.
"Oden es bastante grande pero nunca fue agresivo con nadie antes. Juega con los niños, los vecinos lo conocen y lo aman", dijo Murrin.
"Creo que hizo su trabajo. Se dio cuenta de que alguien había ingresado en la casa y que nosotros no estábamos y que estaba haciendo algo que no tenía que hacer, y actuó".
Los Murrin sospechan que el intruso debió haber tenido que recibir asistencia médica por toda la sangre que perdió y esperan que pueda ser encontrado. La policía dice que está investigando el caso, pero hasta ahora nadie fue capturado.
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