El oficial Alfredo Vargas recibió el llamado y acudió en ayuda de los propietarios de una vivienda en Boynton Beach, Florida. Ningún ladrón había irrumpido en su casa en la tranquilidad de la noche. Pero otro intruso había ingresado sin invitación.
Al llegar, vio al cocodrilo de unos dos metros en la puerta de entrada de la propiedad localizada en Hunter's Run, un exclusivo barrio cerrado de esa ciudad. Fue entonces cuando Vargas decidió llamar a la Comisión de la Conservación de Pesca y Vida Salvaje de Florida, un grupo dedicado a cazar a los caimanes en ese estado norteamericano. Tardarían 30 minutos en llegar, lo que le pareció demasiado tiempo al oficial.
Entonces recordó sus clases de instrucción de cómo tratar con cocodrilos, tan comunes en la Florida. Además, sabía que cuando llegaran los de la Comisión con sus trampas, acabarían con la vida del animal. Quería evitar que eso sucediera y llevarlo a su hábitat natural, según informó el Departamento de Policía de Boynton Beach.
Luego de varios minutos confrontando con el confundido animal, logró capturarlo. Le ató la boca con cinta adhesiva y lo puso en la parte trasera de su patrulla. Lo llevó hasta un canal en Congress Avenue y Miner Road y lo liberó.
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