El conductor que transportó a entre 70 y 200 inmigrantes indocumentados en condiciones sofocantes al interior de un tráiler podría enfrentar la pena de muerte, luego de que 10 víctimas de la red de traficantes de personas fallezcan por asfixia y deshidratación, pero intentó liberarse de toda culpa.
Según consigna su testimonio en documentos judiciales, James Bradley Jr., de 60 años, dijo a los investigadores que se sorprendió cuando abrió las puertas del tráiler afuera de una tienda Walmart en San Antonio, y fue derribado por un grupo de personas que hablaba español que salió del camión.
Así, aseguró que no sabía que había decenas de personas en el camión.
Sin embargo, su relato no es consistente con otras informaciones. Según muestran cámaras de seguridad, algunos vehículos llegaron al estacionamiento en San Antonio y se llevaron a varios grupos de inmigrantes antes del descubrimiento. Además, los testimonios de algunos sobrevivientes indican que habían golpeado el vehículo repetidas veces para rogar por un poco de agua.
Bradley se presentó brevemente ante una corte federal el lunes en San Antonio, donde fue acusado de un cargo de transportar a inmigrantes indocumentados -un delito por el que podría enfrentar la pena capital si es hallado culpable, debido a que el crimen resultó en la muerte de personas.
El chofer argumentó que él estaba llevando el camión de Iowa a Texas por órdenes de su jefe, e intentó conseguir ayuda cuando encontró a los inmigrantes, pero nunca llamó al 911.
El documento habla de un viaje de terror, con personas que tenían problemas para respirar mientras otras se desmayaban. "La gente empezó a golpear las paredes del camión para llamar la atención del conductor. El conductor nunca se detuvo", de acuerdo a uno de los "pasajeros", que fue identificado solo como J.M.M-J.
Bradley fue arrestado el domingo después de que la policía dijo que halló ocho personas muertas en la parte de atrás de su camión de carga, junto a otras 30 personas en torno al vehículo que sufrían de deshidratación e hipertermia. Todos eran inmigrantes indocumentados, la mayoría ciudadanos mexicanos, dijeron autoridades. Otras dos personas fallecieron posteriormente.
Las temperaturas durante en día en las horas previas a que el camión llegara a San Antonio habían superado los 37,8 grados centígrados, haciendo que la sensación térmica en el ambiente encerrado se eleva a cerca de 50 grados.
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