Estados Unidos advirtió el miércoles que está dispuesto a usar la fuerza si es necesario para detener el programa nuclear de Corea del Norte, pero aseguró que prefiere una acción diplomática global contra Pyongyang por probar un misil balístico que podría alcanzar Alaska.
La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, dijo en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad que las acciones norcoreanas están "cerrando rápidamente la posibilidad de una solución diplomática" y que su país está preparado para defenderse a sí mismo y a sus aliados.
"Una de nuestras capacidades descansa en nuestras grandes fuerzas militares. Las usaremos si debemos, pero preferimos no tener que ir en esa dirección", comentó Haley. Ella instó a China, el único gran aliado de Corea del Norte, para detener las actividades de Pyongyang.
En una conversación con su homólogo japonés el miércoles, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, subrayó el "firme compromiso" de Washington con la defensa de Japón y brindar una "disuasión extendida usando el espectro completo de las capacidades de Estados Unidos", dijo la portavoz del Pentágono Dana White en un comunicado.
Las garantías de Mattis al ministro de Defensa japonés, Tomomi Inada, se dieron durante una llamada telefónica para discutir la prueba norcoreana, dijo el comunicado.
En un gran paso adelante en su programa de misiles, Corea del Norte realizó el martes un ensayo de un nuevo misil balístico intercontinental (ICBM, por su sigla en inglés), que según algunos expertos podría alcanzar los territorios de Alaska y Hawái y, tal vez, la costa noroeste del Pacífico de Estados Unidos.
El líder norcoreano, Kim Jong Un, afirmó que el ensayo del ICBM completó la capacidad de armas estratégicas de su país, que incluye también bombas atómicas y de hidrógeno, según la agencia estatal de noticias KCNA. Pyongyang dijo, asimismo, que el misil puede portar una gran ojiva nuclear.
El ensayo norcoreano es un reto directo al presidente Donald Trump, quien ha prometido que impedirá que Corea del Norte pueda atacar a Estados Unidos con un misil nuclear y ha instado a China para que presione a Pyongyang para que ponga fin a su programa nuclear.
Haley señaló que Washington propondrá nuevas sanciones de la ONU en los próximos días y advirtió que su país está dispuesto a suspender el comercio con los países que hacen negocios con Pyongyang violando las resoluciones de la ONU.
"Gran parte del peso del cumplimiento de las sanciones de la ONU descansa en China", comentó Haley. "Trabajaremos con China, trabajaremos con cualquier país que crea en la paz, pero no repetiremos las aproximaciones inadecuadas del pasado".
Diplomáticos aseguran que Beijing no está haciendo cumplir las sanciones internacionales impuestas a su vecino y se ha resistido a aprobar medidas más duras, como un embargo petrolero y prohibiciones a la aerolínea norcoreana y a trabajadores invitados, así como sanciones contra bancos y otras firmas chinas que hacen negocios con Pyongyang.
El Ejército estadounidense aseguró el miércoles que es capaz de defender al país frente a la amenaza del nuevo misil. El portavoz del Pentágono, el capitán de la Marina Jeff Davis, recordó la exitosa prueba realizada el mes pasado, en la que un misil interceptor lanzado desde Estados Unidos derribó un ICBM simulado procedente de Corea del Norte.
"Tenemos confianza en nuestra capacidad para defendernos contra esta amenaza limitada y naciente", dijo a periodistas. No obstante, reconoció que anteriores pruebas de defensa con misiles mostraron "resultados dispares".
Con información de Reuters
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