Lawrence John Ripple hizo todo cuanto pudo para alejarse de su esposa. Desesperado, robó un banco en la ciudad de Kansas y esperó en el vestíbulo del lugar a que llegara la policía para entregarse y ser condenado a lo que él pretendía fueran al menos 20 años de cárcel, con el único fin de no vivir en su casa.
"No era mi intención asustar (al cajero) como lo hice", dijo el hombre de 71 años que declaró ante un juez federal de la corte el martes pasado.
Una cirugía de corazón le había dejado deprimido y por eso cometió el crimen, explicó su abogado, quien pidió clemencia al juez, solicitud que fue apoyada por el vicepresidente del banco y el cajero a quien asustó Ripple.
Contrario a sus deseos iniciales de vivir fuera de su casa y alejado de su esposa, Ripple fue sentenciado a seis meses de reclusión domiciliaria después de que el defensor público citara los problemas de salud del condenado, el remordimiento y la improbabilidad de reincidir. Deberá cumplir tres años de libertad condicional supervisada y realizar 50 horas de servicio comunitario.
Ripple dijo que la prisión sería más un castigo para su esposa que para él, lo que se supone puede haber influido al tribunal quienes concedieron una sentencia muy poco frecuente por un robo de banco, que en esta ocasión ni siquiera implicó tiempo de prisión.
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