Ante el avance de las investigaciones que involucran a cada vez más miembros de su entorno en la presunta injerencia rusa, Donald Trump considera cambios importantes para su equipo de asesores, que le permitan delinear nuevas estrategias y liberarlo de presión, y así poder dedicarse a enfrentar desafíos y objetivos de su gestión.
Los nueve días de su primera gira internacional le permitieron esquivar preguntas sobre las pesquisas de sus posibles nexos con Rusia, un tema que, lejos de paralizarse en su ausencia, ha producido constantes titulares, lo que ha irritado y frustrado al mandatario. No obstante, Trump resaltó el "éxito" de su recorrido por Medio Oriente y Europa, y aseguró que traerá "grandes resultados".
Las últimas revelaciones giraron en torno a su yerno y principal asesor, Jared Kushner, de quien se supo que forma parte de la indagación del FBI sobre la presunta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales del pasado noviembre.
Por ello, Trump analiza contratar más abogados en la Casa Blanca para lidiar con los problemas legales que presenta la investigación rusa e incluso también para revisar los tuits del presidente antes de que los envíe, de acuerdo con el diario Wall Street Journal.
El periódico, citando a varios funcionarios y allegados, resaltó que los abogados incluso podrían decidir si alguno de los mensajes del presidente en Twitter "necesita ser ajustado o reducido", ejerciendo un control sobre lo que Trump publica en la red social.
A este equipo de expertos ya se sumó Marc Kasowitz, de larga relación laboral con el magnate.
En tanto, Trump medita la reincorporación de su ex jefe de campaña, Corey Lewandowski, y su ex vicejefe, David Bossie. Según la agencia AP, ambos discutieron la posibilidad con el presidente antes de la gira internacional.
Lewandowski fue despedido en junio pasado, un mes antes de la convención republicana, en medio de una reestructuración y con acusaciones de no llevarse bien con el resto del equipo del entonces candidato.
Sin embargo, el asesor nunca perdió la confianza de Trump. Por ello, en caso de reincorporarse, seria parte de una nueva mesa dedicada a responder adecuadamente al asedio de la prensa y a las nuevas revelaciones con respecto a las investigaciones en curso. Dicha "sala de situaciones" también estaría integrada por el propio Kushner y el estratega jefe de Trump, Steve Bannon, según informes de medios estadounidenses.
Por otra parte, el mandatario estudia sacudir su equipo de comunicaciones, con el posible despido de su portavoz, Sean Spicer, y la reducción del número de conferencias de prensa. Una conductora de Fox News ya fue nombrada como posible reemplazante para ser la vocera de la Casa Blanca.
Trump busca despegarse de los escándalos para poder afrontar sus desafíos de gestión. Según anunció el sábado, esta semana anunciará su esperada decisión sobre si los EEUU permanecerán o no en el Acuerdo Climático de París. Además, continúa en la búsqueda de un reemplazo para dirigir el FBI, tras el despido de James Comey.
También, debe defender el proyecto de presupuesto que presentó al Congreso, la votación de su reforma de salud en el Senado y los avances de su reforma tributaria.
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