Las provocativas últimas palabras y el manjar final del asesino que quería enfrentar un escuadrón de fusilamiento

J.W. Ledford provocó a sus guardias al mirarlos a los ojos e insultarlos

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L.W. Ledford fue ejecutado en Georgia. Fue el primero en cumplir su sentencia en 2017 (AP)
L.W. Ledford fue ejecutado en Georgia. Fue el primero en cumplir su sentencia en 2017 (AP)

J.W. Ledford miró a los ojos de sus guardias, sonrió y emitió las que serían sus últimas palabras antes de ingresar en la cámara de ejecución. Minutos después sería inyectado en cumplimiento de la sentencia de muerte que pesaba sobre él. De 45 años, su deceso fue reportado a la 01:17 a. m. de este jueves.

"Lo que tenemos aquí es una falta de comunicación. Ustedes no pueden llegar a algunas personas. Yo no tengo la falla. Ustedes tienen el déficit para comunicarse. Pueden besar mi sucio y blanco culo", les dijo el condenado por el asesinato de un médico en Georgia.

El de Ledford se convirtió en el primer caso de sentencia en lo que va de 2017. El convicto se hizo conocido en las últimas semanas por haber hecho una extravagante petición de último momento a la corte de ese estado norteamericano. Quería evitar ser ejecutado con una inyección letal por temor a que esta fallara y sufriera hasta morir. En cambio, prefería enfrentar a un pelotón de fusilamiento. La Justicia le negó ese pedido y argumentó que buscaba dilatar el cumplimiento de la sentencia.

Ledford tuvo tiempo de disfrutar lo que sería su última cena antes de morir. Ordenó algo que hacía años no probaba. Más específicamente desde 1992, año en el que fue detenido por asesinato. El manjar incluía un filet mignon envuelto en tocino, papas fritas, tiras de pollo en pan, chuleta de cerdo frita, anillos de cebolla y pastel de nuez con helado.

Filet mignon envuelto en tocino, uno de los platos solicitados por Ledford para su última cena
Filet mignon envuelto en tocino, uno de los platos solicitados por Ledford para su última cena
Ledford acompañó su primer plato con papas fritas
Ledford acompañó su primer plato con papas fritas
Tiritas de pollo, otro de los acompañamientos de Ledford para su comida final antes de ser ejecutado
Tiritas de pollo, otro de los acompañamientos de Ledford para su comida final antes de ser ejecutado
Chuleta de cerdo frita, otro de los manjares ordenados antes de morir
Chuleta de cerdo frita, otro de los manjares ordenados antes de morir
Anillos de cebolla
Anillos de cebolla
El pastel de nuez con helado que pidió Ledford. Fue lo último que ingirió antes de morir
El pastel de nuez con helado que pidió Ledford. Fue lo último que ingirió antes de morir

Luego de ello, fue llevado a la sala de sentencia, donde murió tras ser inyectado.

El insólito pedido

El debate que se da en los Estados Unidos es sobre los resultados inesperados que produjo en algunos sentenciados el midazolam, un sedante letal que en ocasiones no actuó como se suponía que debía hacerlo.

Es por eso que el hombre realizó un pedido a la corte: reclamó que un pelotón de fusilamiento sea el encargado de llevar a cabo su ejecución. Según cree, es mucho más humano que la droga que les inyectan a los condenados a muerte en Georgia. Sin embargo, en este estado no se usa el midazolam, sino el pentobarbital, un barbitúrico que induce a la inconsciencia y luego a la muerte.

En su última exposición, Ledford quiso conmover a la corte. Argumentó que su niñez fue durísima y horrible, que sufrió abusos, tuvo una exposición temprana a las drogas y al alcohol y que tiene un bajo coeficiente mental. También dijo estar arrepentido de haber asesinado por degüello a Harry Johnston, el médico que ayudó a su madre a dar a luz y traerlo a este mundo.

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