La pasajera de United Airlines, Lucie Bahetoukilae, planeaba viajar desde Nueva Jersey a París el pasado 24 de abril, pero por error terminó en San Francisco, aunque su boleto claramente decía "Newark a Charles de Gaulle", los aeropuertos de ambas ciudades.
Bahetoukilae, que habla sólo francés, se dirigió al número de la puerta que estaba en su tarjeta de embarque, dejó que su billete fuera escaneado por el agente de la aerolínea, y luego abordó el avión, sin darse cuenta de que la puerta de su vuelo a París había cambiado.
Tras abordar el avión, Bahetoukilae notó que su asiento estaba ocupado por lo que le entregó su boleto a la azafata, que la sentó en un nuevo sitio. Una vez en San Francisco, la pasajera tuvo que esperar por 11 horas para abordar el siguiente vuelo a París. En total estuvo unas 28 horas en tránsito de un aeropuerto a otro.
"Si hubieran hecho el anuncio en francés, ella habría sabido del cambio de puertas", dijo la sobrina de Bahetoukilae, Diane Miantsoko.
"Pedimos profundamente disculpas a la Sra. Bahetoukilae por esta inaceptable experiencia", dijo la aerolínea en un comunicado. "Cuando llegó a San Francisco, nos aseguramos de que subiera al siguiente vuelo a París y le devolvimos su boleto. Nuestro equipo de atención al cliente se acercó a ella directamente para asegurarnos de que estaba bien. También estamos trabajando con nuestro equipo en Newark para prevenir que esto suceda otra vez".
La semana pasada, miembros del Comité de Transporte e Infraestructura de la Cámara de Representantes de Estados Unidos indujeron al CEO de United, Oscar Munoz y a otros líderes de aerolíneas, a realizar planes para mejorar las políticas de servicio al cliente luego de la expulsión forzada de un médico de un vuelo de United.
United y Delta Air Lines se comprometieron a ofrecer a los pasajeros hasta USD 10.000 que renuncien a sus asientos en un vuelo con exceso de reservas, y Southwest Airlines se comprometió a poner fin a la práctica de sobre vender los vuelos.
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