Juan Manuel Montes llegó a los Estados Unidos cuando tenía nueve años. Se convirtió en inmigrante sin documentos legales hasta que por la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) quedó protegido contra la expulsión. A pesar de eso, un oficial de Aduana y Protección de las Fronteras lo demoró en Calexico, California, el 17 de febrero y lo detuvo. Se convirtió en el primer dreamer deportado durante el gobierno de Donald Trump.
En tres horas el joven de 23 años se encontró con orden de salida para México, reveló USA Today. "Algunas personas me dijeron que me iban a deportar, otras me dijeron que nada sucedería", explicó al periódico estadounidense por teléfono desde la casa de sus tíos en México. "Pensé que si no me metía en problemas, nada me iba a pasar".
Cuando fracasó la aprobación de la Ley de Fomento para el Progreso, Alivio y Educación de Menores Extranjeros (DREAM, por sus siglas en inglés), Obama firmó una orden ejecutiva para legalizar la situación de jóvenes que ingresaron ilegalmente al territorio sin tener responsabilidad de violar las leyes porque eran menores de edad: el programa DACA.
Gracias a eso, Montes pudo terminar la escuela secundaria en una institución especial —debido a una lesión cerebral en la infancia, tiene dificultades de aprendizaje— en 2013. Vivía con su madre, que no tiene documentos, y un hermano, que es ciudadano porque nació en los Estados Unidos. Para pagar sus estudios de soldadura, había trabajado en cosechas en California y Arizona.
Montes se había despedido de su novia y esperaba un coche para ir a su casa; había dejado con ella su billetera y no tenía un documento de identidad o una prueba de DACA en el momento en que el oficial se lo solicitó, lo cual motivó su arresto.
"Me detuvieron, me llevaron a un centro, me hicieron muchas preguntas y me dieron muchos papeles para firmar", dijo al periódico. No comprendió de qué se trataban esos papeles, ni recibió copias. Luego los oficiales lo llevaron hasta la frontera y lo hicieron cruzar a Mexicali. Allí, mientras esperaba que un amigo le alcanzara su billetera y algunas ropas, lo asaltaron y lo golpearon. Vio que muchas personas usaban una soga para cruzar el muro y quiso volver a su casa. Saltó. De inmediato lo recapturaron, lo interrogaron y volvieron a echarlo del país.
Un grupo de abogados de California se presentó ante la Justicia para obligar a la dirección de Aduana y Protección de las Fronteras a que brinde detalles sobre el encuentro entre el agente y Montes, porque el organismo se ha negado a hacerlo.
Tiene cuatro antecedentes policiales que influyeron en la celeridad del caso: tres por manejar sin licencia y uno por hurto menor. "Esas declaraciones no son serias como para hacer que pierda las protecciones de DACA, según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos", explicó USA Today.
"Desde que asumió, Trump continuó con su promesa de campaña de terminar con la inmigración ilegal y firmó órdenes ejecutivas para acelerar la aplicación de la ley sobre los 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en los Estados Unidos", publicó el diario. "La nueva política requiere una ampliación de los criterios de detención y deportación de inmigrantes indocumentados y la contratación de miles de nuevos agentes".
El medio recordó que el mandatario se negó a anular el DACA, que beneficia a más de 750.000 jóvenes. "No se tienen que preocupar", declaró en enero durante una entrevista para ABC News. "Tengo un gran corazón". Sin embargo, "al menos 10 [dreamers] están bajo custodia federal". Uno de los casos, de la joven Stephanie Flores Fuentes, en Carolina del Norte, espera resolución en los tribunales.
"Hoy Montes ha vuelto a conectarse con su padre y trabaja en una estación de servicio y una molienda para tortillas. Pero cuenta los días hasta que pueda regresar a los Estados Unidos", resumió el periódico. "Allí trabajaba y estudiaba al mismo tiempo. Sólo me faltaban seis meses para terminar", declaró el joven. "Me gustaba más que acá".
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