Este jueves por la tarde, horario local, Estados Unidos lanzó una potente bomba, considerada la más poderosa no nuclear, contra el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en la provincia de Nangarhar, Afganistán, cerca de la frontera con Pakistán.
El armamento, llamado GBU-43/B Massive Ordnance Air Blast Bomb (MOAB), es sumamente potente y cuenta con alta precisión. Asimismo, es extremadamente explosivo. Esto lo convierte en el más poderoso existente, exceptuando las armas nucleares.
"La madre de todas las bombas", creada en base a la BLU-82 -utilizada en la guerra de Vietnam-, está guiada por un sistema de GPS y pesa cerca de diez toneladas.
En su parte trasera está compuesta por aletas y un giroscopio, y su radio de acción está en el orden de 1,5 kilómetros.
Mide unos diez metros de largo y tiene un diámetro de casi un metro.
Por su parte, contiene 8.500 kilogramos de H6, un explosivo que es una mezcla de RDX (ciclotrimetilentrinitramina), TNT y aluminio. Debido a su composición, al momento del impacto produce una explosión muy grande, pero con menores efectos de fragmentación a causa de una carcasa de aluminio de pared delgada.
Su costo aproximado por unidad es de 16 millones de dólares. Según el Los Angeles Times, en 2011 el Pentágono ordenó construir 20, por un total de USD 314 millones.
A pesar de algunos informes que indican lo contrario, esta bomba no es capaz de penetrar en tierra profunda.
El arma masiva proporciona una capacidad para realizar operaciones psicológicas, atacar objetivos de áreas grandes o mantener amenazas de riesgo ocultas dentro de túneles o cuevas.
El MOAB es posado en una plataforma de lanzamiento de aire dentro de un avión C-130. Por su tamaño, se extrae de un MC-130 Talon II o "Slick" C-130 Hércules a través de un paracaídas. Una vez realizada su extracción, la bomba se libera rápidamente para mantener el máximo impulso hacia adelante. Ahí entran en función las aletas de la rejilla. Éstas se abren y comienzan a guiar el arma a su blanco.
Este potente armamento fue desarrollado en apenas nueve meses durante la campaña de Estados Unidos en Irak en 2003, cuando fue derrocado el dictador Saddam Hussein. Sin embargo, finalmente las fuerzas norteamericanas no lo utilizaron en combate.
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