"Es importante entender la magnitud del ataque de Bashar al Assad contra su propio pueblo: este ataque con armas químicas sobre hombres, mujeres y niños inocentes fue un ataque asesino, de violencia, fue un ataque de bárbaro", afirmó Lydia Barraza, vocera del Departamento de Estado de los EEUU, en diálogo con Infobae. La funcionaria de Donald Trump explicó con esta descripción por qué su gobierno decidió bombardear la base militar siria de Al Shayrat, en el centro del país.
"En situaciones de esta magnitud, tan graves, donde se violan las convenciones y el compromiso de 2013 de eliminar y destruir todas las armas químicas, se requiere una acción igualmente grave", afirmó.
"El presidente ordenó un ataque proporcional y preciso contra la base desde donde se atacó al pueblo sirio. Se lanzaron 59 misiles de precisión", detalló y agregó: "Ya no se podía esperar más a que el dictador siga amenazando a su propio pueblo. Esas armas químicas son también una amenaza para los EEUU y el mundo".
Barraza no descartó un nuevo bombardeo contra el régimen sirio, pero explicó que prefiere un diálogo diplomático para encontrar una solución política.
Pero cuando habla de llegar a la paz por la vía del diálogo, entra en escena el factor Rusia.
Para Barraza, Moscú debe cambiar de posición. La funcionaria recordó que el gobierno de Vladimir Putin se comprometió en 2013, luego del sangriento ataque con gas sarín en el que murieron más de 1.400 personas, a fiscalizar el desarme químico de Siria. "Eso fue en 2013 y hoy, en 2017, vemos otra vez que usan esas armas en contra del pueblo sirio", se quejó. Por lo tanto, para Barraza, "Rusia se enfrenta a un dilema: o asume los compromisos para desarmar a Al Assad o admite que ha perdido su influencia y no lo puede controlar".
La vocera de Estado admitió que la relación bilateral con Rusia ahora "es compleja", pero adelantó que la próxima semana, cuando el secretario de Estado, Rex Tillerson, viaje a Moscú, intentará hallar una solución política. "Rusia ha vetado siete veces las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que impidió sancionar a Siria. Moscú nos prohibió llegar a un acuerdo. Si Rusia no cambia, no habrá solución en Siria", insiste.
Además, remarcó que "ya no hay lugar para Al Assad en el gobierno". Cómo lograr esa salida, que además viene acompañada de una crisis humanitaria sin precedente, será —según la funcionaria— otro de los temas que Tillerson negociará en Moscú.
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