Si existe algo que caracterizó la campaña Trump desde el momento en que el magnate de los bienes raíces decidió candidatearse oficialmente para la presidencia de los EEUU es el hecho de que el hombre hoy a cargo del rumbo del influyente país del norte decidió hacer todo a su manera y borrar por completo los parámetros establecidos sobre qué es adecuado o esperable de un primer mandatario.
Entre los incontables ejemplos, se encuentra el particular rol asumido por la primera dama, Melania Trump, quien ha elegido dedicarse prácticamente de lleno a su hijo Barron y ha preferido permanecer en su fastuoso penthouse de la Trump Tower en la Quinta Avenida hasta que el niño termine con el ciclo escolar en curso.
Pero lo más particular de la situación es que ha sido la hija predilecta del presidente Trump, fruto de su mediatizado matrimonio devenido en divorcio con la checa Ivana Trump, quien de alguna manera ha tomado el lugar de rol femenino más prominente dentro de la Administración Trump.
El hecho de que su marido, Jared Kushner, haya trabajado en la campaña para —mediante un innovador uso de herramientas como redes sociales y mediciones online— ser, según expertos, el responsable directo de llevar al polémico multimillonario a la Casa Blanca, sin lugar a dudas ha posicionado a la Power Couple del momento a tomar un rol protagónico dentro de la Administración Trump, opacando en el proceso a muchos funcionarios públicos de mayor jerarquía.
El reciente nombramiento de Ivanka Trump como consejera del presidente, cargo por el que no recibirá un salario debido, en parte, a la enorme fortuna amasada junto a su pareja, calculada en 740 millones de dólares, no hizo más que reivindicar su rol como oído de su padre y, a la vez, actuar como la "voz de la razón" más calma y equilibrada, propia de una mujer que fuentes cercanas a la familia aseguran es de las personas más respetadas dentro del entorno Trump, habiendo demostrado aptitudes de sobra para relacionarse con figuras políticas de la talla de Justin Trudeau y Angela Merkel.
En un encuentro cara a cara con la periodista estrella de CBS News Gayle King en su elegante residencia del coqueto barrio de Kalorama en Washington DC, la flamante asesora especial del presidente se defendió de las acusaciones en su contra y aseguró que no entiende lo que significa ser cómplice de su padre, pero a la vez señaló: "(Espero que con el tiempo) se pueda probar que hice un buen trabajo y, mucho más importante, que la Administración de mi padre será el éxito que estoy confiada de que será".
Desde el anuncio de su rol oficial dentro de la Casa Blanca, Ivanka Trump ha decidido tener un perfil más alto y realizar más apariciones en público, por lo que ha participado recientemente en un evento que tuvo lugar en Washington y que promovía el rol de la mujer en las áreas de ciencia, ingeniería, matemáticas y tecnología.
Quienes se oponen a la participación de la hija del presidente con un rol oficial dentro de la Casa Blanca alegan que, en su momento, Ivanka había asegurado que sólo sería "la hija del Presidente" dentro de la Administración Trump, pero ella misma asegura que la evolución a su cargo actual fue orgánica y tuvo lugar durante los primeros días de la presidencia. Además, agregó que se dio cuenta de que "tener un pie fuera y otro dentro no serviría".
Muchos críticos de las medidas ejecutivas tomadas por su padre, las cuales en gran medida no llegaron a progresar debido a bloqueos judiciales o la oposición del Partido Demócrata en el Congreso, plantean que Ivanka ha tenido un rol excesivamente pasivo considerando el nivel de influencia que ejercería sobre su padre.
"Yo les diría que no confundan la falta de declaraciones públicas con el silencio. Creo que hay muchas maneras de hacer escuchar tu voz. En algunos casos, a través de protestas o asistiendo a los noticieros nocturnos para denunciar algo específico. Otras veces ocurre puertas adentro, de manera directa y sin tapujos" aseguró la hija mayor del presidente Trump.
Además dijo que su padre sabe en qué aspectos ella coincide con él, algo que suele expresar con total honestidad, al igual que cuando está en desacuerdo, momento en el cual brinda su apoyo para ayudar con su visión a llevar adelante determinada iniciativa.
Confiada en el futuro de la Administración Trump, la empresaria que recientemente fue víctima de un boicot a sus productos, pero que llamativamente vio sus ventas disparadas a niveles récord, aseguró que su rol se trata de expresar sus puntos de vista pero que no fue elegida por el pueblo norteamericano para ser presidente.
"Mi padre hará un excelente trabajo y yo lo quiero ayudar en el proceso", aseguró la madre de tres niños recientemente mudada a Washington DC, con la calma y seguridad que muchos esperan logre transmitir a su padre, golpeado tras el rechazo a sus políticas migratorias y reforma al plan de salud, dos de sus grandes promesas de campaña que quedarán en un limbo hasta que su Administración logre entender las reglas de juego que reinan en la capital política de los EEUU.
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