"No quería este trabajo. No busqué este trabajo. Mi esposa me dijo que debía hacer esto". Rex Tillerson hizo esa confesión durante una serie de entrevistas con Independent Journal Review (IJR), el único medio que acompañó recientemente al secretario de Estado durante su primer gran viaje como jefe de la diplomacia estadounidense a Asia.
Tillerson aseguró que se quedó "atónito" cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, le pidió que fuera su secretario de Estado. Pero a su esposa, Renda St. Clair, no le sorprendió.
El diplomático había planeado retirarse de su anterior trabajo como director ejecutivo de la petrolera multinacional Exxon Mobil. "Te dije que Dios no ha terminado contigo", le dijo St. Clair cuando Trump le ofreció el puesto.
Preguntado sobre las críticas que suscitó su decisión de sólo incluir a un periodista en su primera gira internacional, Tillerson se justificó. "Tenemos mucho que hacer dentro del Departamento de Estado y no hablaremos de ello hasta que estemos listos. Eso está volviendo loca a mucha gente", afirmó.
El secretario de Estado está desempeñando un rol discreto en estos primeros meses de gobierno, en los que los asuntos internacionales están siendo más dirigidos desde la Casa Blanca, algo que no parece sólo circunstancial. Según planteó en su propuesta presupuestaria la semana pasada, Trump tiene previsto recortar hasta un 31% los fondos para el Departamento de Estado, aunque los congresistas, que tienen la última palabra, no parecen dispuestos a debilitar la agencia hasta ese punto.
Tillerson arremetió además contra las políticas de la Administración del ex presidente Barack Obama, a las que calificó como un "enorme error" y "una enorme desventaja". También defendió la disposición de Trump de cuestionar a la OTAN y el compromiso de Estados Unidos con esa organización, una postura que ha sido criticada por miembros prominentes de los partidos Demócrata y Republicano, pero que el secretario de Estado considera que está trayendo resultados.
El multimillonario ha manifestado en distintas ocasiones, incluso el viernes pasado frente a la canciller alemana, Angela Merkel, que los Estados miembros de la alianza deben aportar una mayor cantidad a los fondos de esta y que esa financiación debe ser más equitativa. Para ello, propuso que las naciones miembros invirtieran el 2% de su PIB en defensa, una iniciativa hecha por otros gobiernos estadounidenses de manera infructuosa.
"Fueron demasiado educados en cómo lo preguntaron", dijo Tillerson sobre los predecesores de Trump, subrayando la efectividad de la manera de actuar del magnate.
(Con información de EFE)
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