Una mujer fue detenida en Key West, Florida, luego de que el gerente de un hotel llamara a la Policía tras escuchar severos disturbios en una de las habitaciones rentadas. Jennifer Rahe Hickman fue capturada por la policía local mientras estaba de vacaciones con su marido, Eric Hickman, responsable de una clínica ortodoncista en Ohio.
El hecho ocurrió este domingo cuando luego de haber estado bebiendo durante un largo rato en la piscina del Southernmost Beach Resort, de esa ciudad ambos subieron a su habitación para tener sexo. Sin embargo, todo se descontroló cuando la mujer le reprochó al hombre un asunto íntimo y le dijo: "Siempre me utilizas".
Fue en ese momento cuando Jennifer mordió el brazo de su marido dejándole una severa herida. Eric, un reconocido ortodoncista de Ohio y dueño de Hickman Orthodontics comenzó a gritar desesperado. Las quejas del profesional llamaron la atención del responsable del hotel, quien decidió llamar por teléfono a los huéspedes para saber qué ocurría. El hombre atendió llorando y le respondió que todo estaba en orden.
Sin embargo, el gerente del Southernmost Beach Resort no se quedó conforme con la respuesta del cliente y decidió llamar al 911. Un vehículo policial llegó al lugar y golpeó a la puerta de la familia Hickman. Allí, Eric, con el brazo herido atendió a los oficiales, quienes le preguntaron cómo había sido el hecho.
En tanto, Jennifer se encontraba nuevamente en el sector de piscinas. Estaba dormida en una de las reposeras. Los agentes tardaron algunos minutos en despertarla. Al hacerlo, le imputaron la agresión a su marido, fue esposada y llevada al Departamento de Policía de Key West. Durante el trayecto entre el hotel y la dependencia policial, la mujer -quien es asistente higiénica en la empresa de su marido- gritó todo el tiempo que iba a matarlo. "Mataré a ese maldito", señaló el agente Daniel Blanco al completar el formulario de los cargos en su contra.
Por su parte, Eric Hickman no quiso recibir atención médica. Prefirió quedarse en el resort con sus hijos. Paradójicamente, al detallar el arma que se utilizó para la agresión, Blanco escribió: "Dientes". Algo que ni la víctima hubiera imaginado en sus peores pesadillas.
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