El director del FBI, James Comey, se sentará en el banquillo este lunes, al comparecer ante legisladores que lo acusan de obstrucción al Congreso. También le exigen respuestas sobre posibles vínculos del presidente Donald Trump con Rusia y la denuncia de que Barack Obama habría ordenado espiar al magnate republicano.
Los dos explosivos temas han preocupado a republicanos y demócratas por igual durante semanas, suscitando incómodos interrogantes sobre una presunta colusión entre Trump y el Kremlin y perturbando el inicio del nuevo gobierno. Los oficialistas tienen la difícil tarea de desmentir las acusaciones contra el entorno de Trump y lograr que el tema quede en el pasado, mientras los opositores intentan llegar a alguna evidencia que le dé fuerza al caso.
Sin embargo, el titular del Comité de Inteligencia de la Cámara de representantes, el republicano David Nunes, adelantó el domingo que no ha visto pruebas que determinen la existencia de una relación con Moscú
Comey testificará ante la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes en una audiencia abierta para investigar la injerencia de Rusia en la campaña electoral estadounidense de 2016. También está previsto que preste declaración ante los legisladores el director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Mike Rogers.
La comunidad de inteligencia de Estados Unidos ha culpado públicamente a Moscú de haber pirateado servidores del Comité Nacional Demócrata el año pasado, una acusación que Rusia ha negado enfáticamente.
Varias comisiones del Congreso han iniciado investigaciones sobre la presunta interferencia de Rusia, incluyendo los comités de Inteligencia de Diputados y del Senado, que tienen jurisdicción sobre 17 agencias de inteligencia de la nación, así como las comisiones de Justicia de ambas cámaras.
Numerosos legisladores han manifestado su frustración por la falta de cooperación del FBI en las investigaciones sobre la presunta injerencia rusa. Comey suele responder ante las preguntas que no realiza comentarios sobre investigaciones en curso.
El titular de la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, David Nunes, afirmó este domingo no haber visto pruebas de una colusión entre la campaña de Donald Trump y Rusia durante la campaña electoral de 2016. Basado en todo lo que tiene "hasta este momento, no hay pruebas de colusión", dijo Nunes a la cadena Fox News.
Nunes, legislador republicano, también acusó a algunos miembros de los servicios de inteligencia y del FBI de permitir la fuga de informaciones a la prensa "para perjudicar a la administración Trump". "Esto me parece muy claro. Es muy claro que fue eso lo que pasó", dijo.
En cuanto a las acusaciones de Trump de un supuesto espionaje ordenado por Barack Obama, los dos principales legisladores de la comisión de inteligencia de la Cámara de Representantes dijeron el domingo que los documentos que el Departamento de Justicia y el FBI entregaron la semana pasada no contienen pruebas que sostengan una posible intervención telefónica.
Sin embargo, el demócrata de mayor rango en la comisión aseguró que los materiales contienen evidencia circunstancial de que ciudadanos estadounidenses se coludieron con los rusos en los intentos de Moscú para entrometerse en las elecciones presidenciales.
"Hay evidencia circunstancial de la colusión; a mi parecer, hay evidencia directa de engaño", afirmó el representante demócrata Adam Schiff, de California. "Sí, contienen lo suficiente para que emprendamos una investigación".
Las conclusiones a las que han llegado los servicios de inteligencia estadounidense es que sí hubo injerencia rusa en las elecciones, a través de ataques informáticos contra el Partido Demócrata y la campaña de su candidata presidencial, Hillary Clinton, y con el objetivo principal de beneficiar a Trump. Lo que sigue siendo una incógnita es si hubo colaboración entre la campaña de Trump y el Kremlin para orquestar esa injerencia.
Trump ha denunciado que detrás de las acusaciones que pesan sobre él y su entorno acerca de presuntas conexiones con Rusia hay una "caza de brujas".
El tema se inició el mes pasado, cuando el asesor de Seguridad nacional Michael Flynn dimitió tras revelarse que había engañado a altos funcionarios sobre sus contactos con Rusia.
Al mismo tiempo, el diario The New York Times informó que agentes de inteligencia de los Estados Unidos habían interceptado llamadas telefónicas que demostrarían que integrantes de la campaña de Trump habían mantenido reiterados contactos con funcionarios de inteligencia rusos.
Se supo igualmente que el fiscal general, Jeff Sessions, se reunió dos veces con el embajador ruso en los meses anteriores a la victoria del candidato republicano.
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