Jimmy Breslin, periodista neoyorquino que ganó el Pulitzer y se convirtió en el estereotipo del reportero callejero, rústico y astuto de la ciudad, falleció el domingo, informaron allegados. Tenía 88 años.
Breslin falleció en su vivienda en Manhattan debido a repercusiones de neumonía, informó su hijastra Emily Eldridge.
Durante décadas Breslin fue una figura prominente en el periodismo neoyorquino, especialmente con el New York Daily News.
Con su apariencia desarreglada, lanzó una quijotesca campaña política en la década de 1960. Reportó los asesinatos del llamado "Son of Sam" en la década de 1970. Destapó una enorme trama de corrupción oficial en la década de 1980. Una década después, mientras cubría unos disturbios, los alzados lo sacaron de su coche y le robaron toda la ropa, dejándolo en ropa interior.
Con su cabello desarreglado y su espeso acento del vecindario de Queens, Breslin parecía salido de una de sus propias columnas. No le importaba admitirlo.
Tenía un gran desdén por la autoridad. Una vez publicó un anuncio en un periódico anunciando que estaba "despidiendo" al canal de televisión ABC, luego de que la televisora sacó un programa suyo en un horario de poca audiencia.
Ese mismo año, en 1986, ganó el Premio Pulitzer al mejor comentarista y el premio George Polk por periodismo metropolitano. Más de 20 años antes, junto a Gay Talese y Tom Wolfe, Breslin ayudó a fundar lo que se llegó a llamar "El Nuevo Periodismo", un estilo periodístico más literario.
Una de las coberturas que le dieron más destaque fue el funeral del asesinado presidente John F. Kennedy, en 1963.
Su crónica, para el diario New York Herald Tribune, comienza con una descripción y las citas de Clifton Pollard, un sepulturero de 42 años que cava la tumba de Kennedy en el Cementerio Nacional de Arlington como parte de un trabajo remunerado con apenas "3,01 dólares por hora".
"Clifton Pollard estaba bastante seguro de que iba a trabajar el domingo", comienza diciendo el artículo, que presenta al sepulturero como "uno de los últimos en servir a John Fitzgerald Kennedy".
Más adelante, Breslin describe el momento en que Jacqueline Kennedy, viuda del asesinado mandatario demócrata, abandona la Casa Blanca para asistir al entierro de su marido.
"Todo el mundo la contemplaba mientras caminaba", escribió. "Es la madre de dos niños huérfanos de padre y se encontraba caminando en el interior de la historia de este país porque estaba mostrando a todos los que se sentían viejos y desconsolados y desesperanzados que ella tenía la terrible entereza que todos necesitaban tanto".
También ganó reconocimiento como autor, moviéndose fácilmente entre géneros. "The Gang that Couldn't Shoot Straight" ("La banda que no podía disparar derecho") fue su crónica cómica de una pandilla de Brooklyn. "Damon Runyon: A Life" fue un relato de su predecesor espiritual. "I Want to Thank My Brain for Remembering Me" ("Quiero agradecerle a mi cerebro por recordarme") fueron sus memorias.
Tuvo dos hijas y cuatro hijos con su primera esposa, Rosemary, quien falleció de cáncer en 1981. Luego se casó con Ronnie Eldridge, quien había sido concejal.
Su hija mayor, Rosemary Breslin, falleció en el 2004 a los 47 de una inusual infección sanguínea. Su otra hija, Kelly Breslin, colapsó en un restaurante en Nueva York en el 2009 y falleció poco después. Tenía 44.
"Jimmy Breslin fue una voz furiosa, divertida, indignada y cuidadosa de las personas, que vinculó al periodismo escrito con la literatura", apuntó el jefe de redacción del Daily News, Arthur Browne.
"Su marca era la pasión", dijo al diario Dick Wald, que compartió con Breslin la redacción del Herald Tribune.
Con información de AP y AFP
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