Tres mujeres con degeneración macular quedaron ciegas luego de someterse a un tratamiento con células madre en fase de ensayo clínico. El hecho ocurrió en un centro de salud del Sur de Florida. La noticia despertó alarmas no solo en el estado sino en el resto de los Estados Unidos, donde la comunidad médica y científica cuestionó acerca de las medidas que se toman para evitar que los pacientes se sometan a terapias sin autorización oficial.
El suceso despertó particular atención dado que en los últimos años los tratamientos con células madre se han multiplicado en toda la nación. Las ofertas son tan variadas que las clínicas ofrecen terapias que abarcan desde dolencias de caderas hasta el autismo. Al menos una de las pacientes que quedó ciega fue atendida en una clínica que figuraba en la nómina de Institutos Nacionales de Salud, lo que demarca la supuesta seridad del centro médico.
Jeffrey Goldberg, experto en oftalmología de la Universidad de Stanford y co-autor del artículo aparecido en The New England Journal of Medicine, indicó que la denuncia intenta "despertar" a quienes tienen responsabilidad en este tipo de tratamientos: médicos, científicos, autoridades y hasta pacientes. "Es una oportunidad para la FDA para mejorar la seguridad de los pacientes de estos ensayos clínicos", indicó el profesor. La FDA es la institución gubernamental dedicada a la aprobación de terapias y medicamentos en los Estados Unidos.
Otro de los co-autores del artículo Thomas Albini, atendió a una de las pacientes en su consultorio tiempo después de "desastre" que le habían provocado. Graduado en la Universidad de Miami, Albini indicó que antes del tratamiento con células madre, la mujer tenía poca pérdida de visión. "Estas clínicas que funcionan de forma muy desregulada están haciendo procedimientos que no están aprobados… y son muy peligrosos", comentó.
Para el médico, el problema pudo suceder al contaminarse las células madre durante su preparación. Pero insistió: incluso si el material se hubiera preparado de manera adecuada, no hay comprobación científica de que una operación así resulte.
En el artículo de la prestigiosa revista no se mencionan las clínicas ni las pacientes. Lo único que se conoce es que dos de ellas tienen 72 y 78 años, de acuerdo a una denuncia realizada ante una corte de Florida. El abogado Andrew Yaffa, quien las representaba, indicó que se llegó a un acuerdo con los centros médicos.
Según el artículo original, la clínica sponsor detrás de estas prácticas es Bioheart Inc., también conocida como U.S. Stem Cell Inc. Al intentar hacer un contacto y pedir explicaciones sobre qué ocurrió con las pacientes, su responsable Kristin Comella, no quiso responder. Según el sitio de la empresa, Comella es una "experta en medicina regenerativa". En una entrevista ofrecida el año pasado a National Public Radio (NPR), la profesional reconoció que se realizaron dos procedimientos cuyas pacients habían padecido un problema en sus retinas.
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