El gobierno estadounidense de Donald Trump inició una limpieza en el Departamento de Justicia, al exigir la renuncia de 46 fiscales federales designados durante el mandato de su predecesor, Barack Obama.
Los presidentes estadounidenses suelen ordenar a funcionarios de confianza que renuncien cuando asumen el cargo, pero la medida igualmente sorprendió a algunos, sobre todo teniendo en cuenta que a muchos fiscales se les pidió que se fueran inmediatamente.
El famoso fiscal de Manhattan, Preet Bharara, está entre quienes deben irse, a pesar de que él se reunió con el propio Trump antes de que el magnate republicano asumiera el poder y dijo que se le había pedido mantenerse en el cargo.
Por eso, y según informó CNN, Bharara indicó el sábado que no presentará una carta de renuncia -colocando al presidente en la posición de tener que despedirlo en un enfrentamiento público-.
Más tarde, y a través de Twitter, informó que había sido despedido. "No renuncié. Hace minutos fui despedido. Haber sido fiscal estadounidense en Nueva York fue el mayor honor de mi carrera profesional", escribió.
I did not resign. Moments ago I was fired. Being the US Attorney in SDNY will forever be the greatest honor of my professional life.
— Preet Bharara (@PreetBharara) March 11, 2017
La portavoz del Departamento de Justicia, Sarah Isgur Flores, afirmó que el secretario de Justicia y fiscal general, Jeff Sessions, había solicitado "a los 46 fiscales federales designados por el presidente (anterior) presentar sus renuncias con el fin de asegurar una transición uniforme".
Estados Unidos se divide territorialmente, en términos judiciales, en 94 distritos, que cuentan con un fiscal nombrado por el presidente por recomendación de un senador.
Es tradición que los fiscales pongan su puesto a disposición del nuevo mandatario y, por eso, muchos de los fiscales nombrados por Obama abandonaron su cargo tras la toma de posesión de Trump como presidente el 20 de enero, aunque 46 fiscales se mantuvieron en activo hasta ahora.
Hasta que los nuevos fiscales sean confirmados, los fiscales de carrera ocuparán su lugar y se dedicarán a investigar y procesar a los acusados de crímenes violentos.
El Gobierno de Obama permitió que fiscales nombrados por el presidente George W. Bush (2001-2009) se mantuvieran en su puesto hasta que se designara a una persona para reemplazarlos.
(Con información de AFP y EFE)
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