Un pueblo que votó por Donald Trump logró la liberación del mexicano indocumentado más querido del lugar

Los vecinos, los jefes de policía y bomberos y hasta el alcalde y el fiscal del condado solicitaron al juez que no deporte a Carlos Hernández, gerente de un restaurante de comida mexicana, quien fue detenido por no tener sus papeles en regla. Qué hizo para ganarse a todo West Frankfort

Guardar
(AP)
(AP)

El inmigrante mexicano Carlos Hernández Pacheco quedó en libertad bajo fianza este miércoles luego de intensos pedidos y muestras de apoyo de los habitantes del pueblo West Frankfort, del sur de Illinois, una localidad que votó decididamente a favor de Donald Trump.

El inmigrante, de 38 años de edad y radicado en los Estados Unidos desde hace 20 años, declaró que estaba sorprendido por el apoyo que le dieron los vecinos de este pueblo de unos 8 mil habitantes, que a pesar de aprobar las medidas del republicano protestaron contra su estricta política de deportaciones al ver el caso particular.

"Esperaba apoyo, pero no tanto", dijo Hernández al salir de un establecimiento de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), en San Luis (Missouri), donde estuvo recluido.

El mexicano, oriundo de Guanajuato, es una figura destacada en la comunidad minera ubicada a 306 millas de Chicago y ha sido gerente del restaurante La fiesta (de comida mexicana) durante una década. Pero estaba detenido desde el pasado 9 de febrero.

Hernández lleva una cálida relación con sus clientes en La fiesta (Picasa)
Hernández lleva una cálida relación con sus clientes en La fiesta (Picasa)

Entre las numerosas cartas de apoyo a Hernández figuran las enviadas por el alcalde de West Frankfort, el jefe de policía, el director de deportes de una secundaria y el fiscal del condado.

En ellas lo describen como una persona modelo y elogian sus constantes acciones cívicas, como la entrega de recursos para becas escolares, donaciones de comidas para familias necesitadas y un acto de reconocimiento a la Policía.

"Creo que las personas deben hacer bien las cosas, seguir las reglas y obedecer la ley; creo en eso con firmeza", opinó Lori Barron, propietaria de un salón de belleza, al periódico The New York Times. "Pero en el caso de Carlos, me parece que tal vez ha hecho más por la gente aquí que lo que este lugar le haya dado. Me parece absolutamente terrible que se lo lleven", reflexionó.

Hernández y su esposa Elizabeth, con quien tiene tres hijos estadounidenses
Hernández y su esposa Elizabeth, con quien tiene tres hijos estadounidenses

El periódico, según testimonios de los vecinos, repasó las notables acciones del mexicano que la comunidad tanto valoró. Por ejemplo, el año pasado, atendió a los bomberos que combatían un incendio y les llevó comida para cada uno de ellos. En otra oportunidad, en plena crisis de tensión con las fuerzas policiales en el país por algunos excesos cometidos, fue el anfitrión de un Día de Agradecimiento a los Agentes de la Ley en su restaurante. Además de ser participante de comités o caridades de la comunidad, también fue el impulsor de colectas para vecinos en apuros por alguna situación particular.

Ante la reacción popular, el juez le fijó una fianza de 3 mil dólares y lo citó para el 21 de este mes, para presentar nueva documentación en su caso.

"Por estos rumbos votamos por Trump", declaró a EFE Toni Owens, una de las vecinas que pide la discreción de las autoridades de inmigración para evitar la deportación del inmigrante Juan Carlos Hernández Pacheco. El voto por el republicano rondó el 70 por ciento.

"Pero en este caso se trata de alguien que cometió un delito menor, que está en proceso de convertirse en ciudadano y a quien tenemos entre nosotros con mucho gusto", agregó.

Las autoridades nunca informaron oficialmente sobre las causas de la detención, pero aparentemente se debería al antecedente de un arresto de 2007, cuando conducía bajo estado de ebriedad, y que surgió durante las entrevistas para la ciudadanía. Según los testimonios, desde ese incidente dejó de beber alcohol.

Christine Zettler, también residente de West Frankfort, afirma que mucha gente está molesta por el tratamiento que ha recibido Hernández. "Espero que se pueda quedar y que no lo deporten", pidió Zettler, al igual que Madison Heart, para quien el inmigrante "es un gran hombre", con esposa y tres hijos ciudadanos, y que ha vivido la mayor parte de su vida en el pueblo.

LEA MÁS:

Guardar