El Senado de los Estados Unidos confirmó por mayoría simple la nominación de Rex Tillerson como secretario de Estado.
Tillerson, de 64 años y CEO de Exxon Mobil, fue nominado formalmente por el presidente Donald Trump el pasado 10 de diciembre, aunque era uno de los que aún aguardaba la confirmación.
El magnate texano asumirá el control de la enorme maquinaria diplomática estadounidense en sustitución de John Kerry, quien dejó el cargo el pasado 19 de enero, un día antes de la investidura de Trump.
Este era uno de los cargos más importantes del gabinete de Trump que esperaban ser confirmados por el Senado, ya que el secretario de Estado es el quinto en la línea sucesoria a la Casa Blanca en caso de ausencia de las otras autoridades.
Otros tres secretarios ya fueron ratificados (Defensa, Seguridad Interior y Transporte), además del director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la embajadora ante las Naciones Unidas.
Ingeniero de formación, Tillerson ingresó a ExxonMobil en 1975 y escaló toda la jerarquía hasta llegar al cargo máximo en 2006.
La relación con Rusia
Tillerson ha sido conocido por su habilidad para alcanzar complejos acuerdos internacionales. También tiene vínculos profundos con Rusia: como ejecutivo de Exxon, gestionó los lazos entre la compañía y el Kremlin y en 2011 logró un acuerdo que le permitió a la compañía acceder a los recursos petroleros del Ártico ruso. Según el Wall Street Journal, el presidente ruso, Vladimir Putin, valoró dicho acuerdo en unos 500 mil millones de dólares.
En 2012, el Kremlin le entregó a Tillerson la condecoración de la Orden de Amistad de Rusia.
Sin embargo, ese acuerdo fue bloqueado por las posteriores sanciones estadounidenses contra Rusia —sanciones que Tillerson criticó agudamente porque se no consideró el "amplio daño colateral" que causaron—.
En la comisión que lo confirmó en el cargo el miércoles, los senadores republicanos John McCain, Lindsay Graham y Marco Rubio expresaron sus preocupaciones sobre las posturas de Trump hacia Moscú y las comprobadas relaciones del ex director ejecutivo con el Kremlin, pero finalmente apoyaron su candidatura.
Graham calificó como "desconcertante" el hecho de que Putin otorgase a Tillerson la Orden de la Amistad del Kremlin en 2013, mientras que el senador John McCain aseguró, en alusión al empresario, que no entendía "cómo alguien podría ser amigo de un antiguo agente de la KGB", refiriéndose al mandatario ruso, Vladímir Putin.
Pese a las afirmaciones de Trump abriendo la puerta a unas mejores relaciones con Rusia, Tillerson sorprendió durante su audiencia de confirmación en el Senado a quienes esperaban de él alabanzas para Moscú, y optó por cambiar el tono y no calentar los ánimos entre unos senadores alarmados por la presunta interferencia rusa en los comicios estadounidenses de noviembre pasado.
"Aunque Rusia busca respeto y relevancia en el escenario mundial, sus recientes actividades no han respetado los intereses de Estados Unidos", afirmó Tillerson al comienzo de una comparecencia de más de ocho horas en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Con información de AFP y EFE