Donald Trump decidió no remover de su cargo a James Comey, jefe del FBI, según reveló el propio líder de inteligencia a sus agentes cercanos, informó el periódico The New York Times.
La decisión libraría otra batalla para la gestión republicana para lograr su confirmación, ya que Comey ha despertado grandes recelos en el seno del Partido Demócrata por su accionar en el proceso electoral.
Trump ya le había adelantado al jefe de la agencia federal su voluntad de mantenerlo en su puesto, según se lo manifestó en una reunión en la Casa Blanca previa a su investidura. Cuando se encontraron el último domingo, con el magnate, ya como presidente, lo saludó efusivamente y hasta hizo una broma: "Se volvió más famoso que yo".
President Trump greets FBI Director James Comey at the White House says: "He's become more famous than me."pic.twitter.com/VqUy4ILLwl
— Aüd™ (@CodeAud) January 23, 2017
La decisión mantendría a Comey al mando de la investigación sobre los supuestos vínculos entre el entorno de Trump y el gobierno ruso, por ahora no confirmados. Además, calmaría la incertidumbre en el FBI, que fue un blanco de críticas durante los últimos meses.
Según reportes de prensa, Hillary Clinton culpó a Comey por su derrota electoral, por considerar que le asestó un duro golpe a su campaña tras anunciar la reapertura de la investigación sobre sus correos electrónicos.
Al explicar las razones de su derrota, Clinton consideró: "Las dudas infundadas sembradas por Jim Comey frenaron nuestro impulso", según señaló uno de los participantes en el sitio de informaciones Quartz. El director del FBI había anunciado poco antes de la elección del martes que sus servicios estaban examinando una nueva serie de correos electrónicos de un servidor privado utilizado por Clinton cuando era secretaria de Estado. Luego, dos días antes de la elección, indicó que los nuevos emails no revelaron nada significativo.
A mediados de enero, el inspector general del Departamento de Justicia anunció que investigará las acciones del departamento y del FBI en los meses anteriores a las elecciones de 2016 para determinar, entre otras cosas, si el director del FBI, James Comey, siguió las directivas vigentes.
El cargo, bajo la ley federal, es nombrado con un plazo de 10 años con la intención de durar más que las presidencias, aunque el mandatario puede despedirlo con causa. Comey fue elegido por Barack Obama en 2013.
Durante las campaña electoral, Trump también criticó en numerosas ocasiones a Comey, al considerar que su decisión de cerrar previamente la investigación servía para proteger a Clinton y lo hacía parte de un "sistema totalmente amañado" y "una clase dirigente en Washington completamente corrupta".
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