Al arribar a la Casa Blanca para compartir el tradicional té antes del acto de asunción, un incómodo y gracioso momento pasó Michelle Obama tras recibir un regalo de Melania Trump, la inminente primera dama de los Estados Unidos.
En las escalinatas de uno de los ingresos de la residencia presidencial, donde Donald Trump administrará el país durante los próximos cuatro años, el matrimonio saliente recibió al republicano y su esposa con una amplia sonrisa.
En los momentos de los saludos y los abrazos, Melania entregó a Michelle una caja celeste con una cinta blanca y una tarjeta. ¿Alguna joya de Tiffany, quizá? La clásica caja permite entrever esa posibilidad. La primera dama saliente recibió el obsequio sorprendida con una sonrisa y besó a su sucesora.
Sin saber qué hacer con el objeto, Michelle se dio vuelta para entregar el paquete a algún asistente. Pero detrás de ella, sólo se encontraba un oficial del Ejército estadounidense de guardia. Un instante después, Michelle quiso darse vuelta para los fotógrafos que cubrían ese momento, pero tenía aún en sus manos el presente.
Fue en ese momento cuando el aún presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, salió en su rescate. Tomó el regalo de manos de su esposa, dio media vuelta e ingresó a la Casa Blanca por unos breves segundos. Al volver, ya no poseía la caja celeste.
Así, los cuatro pudieron posar sonrientes para la fotografía. Sin ningún regalo que se antepusiera y sacara brillo a ese histórico momento.
En realidad, quien comenzó con la tradición de llevar un regalo para la primera dama saliente fue la propia Michelle Obama, que le llevó un presente a Laura Bush en enero de 2009.
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