"Tuve que ponerme justo frente a él, no sabía si iba a matarme o qué", relató Rebbie Roberson, de 74 años, a la cadena estadounidense Fox News. El domingo por la domingo, esta abuela de Texas se aprestaba a ver un programa de TV cuando escuchó ruidos. Así, en un instante, se vio cara a cara con el ladrón. Rápida de reflejos, alcanzó a tomar el arma que tiene en su poder hace 38 años.
"Cuando quise levantarme, él ya estaba apuntándome a la cara", detalló, aún en shock. La abuela persiguió al supuesto ladrón por toda la casa y dejó como evidencia varios orificios de bala en las paredes de su casa.
Pese a que lo intentó, no dio en el blanco: "No sé si le di, ojalá".
En Texas la legítima defensa está en el Código Penal, por lo que las acciones de Rebbie no sorprendieron a nadie. "Nuestros ciudadanos tienen el derecho a defenderse y a defender a sus familias", explican los investigadores.
Además de la legalidad de las acciones de esta abuela, el uso de armas para defensa propia está socialmente aceptado para combatir el delito.