El presidente electo Donald Trump cerró el sábado su gira de agradecimiento tras su victoria electoral en un modesto estadio de Mobile, en Alabama, donde en el inicio de la campaña se dio su primer baño de masas ansiosas por un cambio en la política y comenzó a consolidarse su camino a la Casa Blanca.
"Aquí es donde todo comenzó", recordó en sus primera palabras en el Ladd-Peebles, el pequeño estadio local donde en agosto de 2015 se congregaron alrededor de 30.000 personas para escucharle tras hacerse con la nominación presidencial republicana.
Una multitud regresó para asistir al último evento del llamado "tour de agradecimiento" del presidente electo, que tomará posesión el 20 de enero, y que tras su paso por Alabama comenzará sus vacaciones navideñas en Florida.
"Los increíbles patriotas de este estadio desafiaron a los analistas, a los comentaristas políticos, y permitieron una victoria histórica para el trabajador y el pueblo estadounidense", exhortó Trump, que llegó acompañado de la lluvia.
El republicano volvió a relacionar delincuencia y narcotráfico con la inmigración indocumentada y repitió que construirá un "gran muro para parar la inmigración ilegal de una vez" y sacará "de una maldita vez del país a los terroristas islamistas radicales" y hasta le respondió a la primera dama, Michelle Obama.
"Michelle Obama dijo que no hay esperanza, pero yo doy por hecho que se refería al pasado, no al futuro, pero creo que nos espera un futuro de tremenda esperanza", apuntó Trump.
En una entrevista con la presentadora televisiva y actriz Oprah Winfrey difundida el viernes en CBS, Michelle Obama dejó claramente entender que Estados Unidos había ingresado en un fase más sombría a partir de la elección de Donald Trump.
"Ahora sabemos cómo se siente no tener esperanzas", expresó al responder a una pregunta sobre los dos mandatos de su marido Barack Obama.
Declarándose convencido de que las declaraciones de Michelle Obama no reflejaban su verdadero pensamiento, Trump subrayó la corrección con que él y su esposa Melania fueron recibidos en la Casa Blanca.
"Estoy convencido de que hay una inmensa esperanza, y más allá de la esperanzas, tenemos un enorme potencial (…), van a ver cosas que no vieron desde hace décadas", lanzó.
Al recordar su primer baño de masas en el corazón de Estados Unidos sureño, en un estado con una historia de segregación y racismo, Trump se remontó al año y medio de campaña y criticó a aquellos que no pensaron que pudiera ganar.
En Alabama, un estado en que dijo sentirse como en casa, dijo que este sería su último baño de masas "en un tiempo".
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Con información de EFE