Sofisticado, libertario y de integridad profesional. Así resumió el periodista Steve Coll a Rex Tillerson, el hombre elegido por Donald Trump para ocupar el cargo de secretario de Estado, en su columna del diario The New Yorker.
En su artículo, Coll remarca que el flamante jefe de la diplomacia norteamericana transitó toda su vida profesional en el sector privado a través de dos instituciones: ExxonMobil y los Boy Scouts of America.
A raíz de un intenso trabajo sobre la persona de Tillerson, el columnista, ganador de un Premio Pulitzer, destacó que el empresario en sus apariciones públicas "se presenta como una persona sofisticada".
"En comparación con algunas de las personas alrededor de Trump, Tillerson es al menos uno de integridad profesional", apuntó.
Señala, además, que desde que se convirtió en CEO de Exxon Mobil, impulsó una fuerte "actividad caritativa hacia los Boy Scouts".
Sin embargo, gran parte de su éxito en la compañía petrolera se debió al trabajo que realizó en Rusia, indicó Coll: "Ha forjado estrechas relaciones con el presidente Vladimir Putin y con Igor Sechin, el cercano aliado de Putin que dirige Rosneft, uno de los gigantes rusos de petróleo y gas".
El periodista del periódico neoyorquino recordó cuando en 2011 Tillerson "voló a Sochi para firmar un acuerdo con Putin bajo el cual Exxon Mobil se asociaría con Rosneft para producir petróleo del Ártico".
Pero las sanciones impuestas por el gobierno de Barack Obama a Rusia por su anexión a Crimea y su intervención militar en Ucrania "han frenado esta colaboración".
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"Tillerson y Exxon Mobil se han manifestado en contra de las sanciones económicas como un instrumento de la política exterior norteamericana", señala Collo.
Asimismo, sostiene que a veces "la política exterior de Exxon ha tenido más impacto en los países que operaba que el propio Departamento de Estado". En esa línea, menciona el ejemplo de Chad, uno de los países más pobres de África.
"A mediados de los dos mil, la totalidad del gasto militar y de ayuda estadounidense en el país, dirigido a través de la Embajada de Estados Unidos en la capital, N'Djamena, ascendió a menos de veinte millones de dólares anuales, mientras que los pagos de regalías que Exxon hizo al gobierno como parte de un acuerdo de producción de petróleo fueron cercanos a los quinientos millones de dólares", concluyó.