Luego de que el CEO de Boeing se declarara molesto por las opiniones anticomercio del presidente electo de Estados Unidos, Trump atacó a la compañía en Twitter exagerando los costos de un proyecto de Boeing para construir nuevos aviones presidenciales y amenazando con cancelar el contrato.
Según la compañía, Boeing está bajo contrato por USD 170 millones para diseñar un nuevo avión presidencial, conocido como Air Force One, que estaría en servicio en 2024. (Los aviones actuales han estado en servicio desde 1990). Estas aeronaves son pedidas por el ejército estadounidense para permitir que el presidente gobierne el país -o con una guerra- desde el aire, con tecnologías de comunicación clasificadas y costosos equipos de defensa.
Boeing is building a brand new 747 Air Force One for future presidents, but costs are out of control, more than $4 billion. Cancel order!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 6, 2016
En su comentario en Twitter, Trump afirmó que el avión costaría más de USD 4.000 millones. Un vocero de la Fuerza Aérea de EEUU dijo al portal Quartz que el servicio militar está trabajando con Boeing para identificar el costo final del programa y ha presupuestado USD 2.700 millones para los dos o tres aviones, "pero esperan que este número cambie a medida que el programa madure con la conclusión de tareas de reducción de riesgos". Un análisis del programa realizado en 2016 por auditores del gobierno estimó el costo total en USD 3.200 millones.
Un vocero de Boeing dijo que el Congreso de EEUU necesitará fondos apropiados para el contrato final para construir los aviones, y señaló que un estándar 747-8, el modelo en que se basará el avión presidencial, tiene un precio de lista de USD 379 millones.
"Esperamos trabajar con la Fuerza Aérea de Estados Unidos en las fases subsiguientes del programa, lo que nos permitirá entregar los mejores aviones para el Presidente al mejor valor para el contribuyente estadounidense", dijo la compañía en un comunicado.
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Boeing, la compañía aeroespacial más grande del mundo y el mayor exportador de Estados Unidos, vio caer sus acciones y luego volver a subir por el tuit de Trump. En 2013, Trump hizo alarde de sus proezas en la compra de acciones de Boeing durante una crisis económica de la compañía. Boeing no figuraba entre sus acciones en los formularios federales que reveló Trump en mayo. Un vocero de Trump dijo que vendió todas sus acciones de la compañía en junio, pero no dio detalles, por lo que no se sabe cuándo, si es que realmente lo hizo, entregó su posición en Boeing. Las ventas de junio presumiblemente no incluyen posiciones ocupadas por sus hijos, que siguen siendo consejeros oficiales de su equipo de transición presidencial.
Consultados por la prensa sobre donde había obtenido Trump su información sobre el costo de los nuevos aviones, sus portavoces se negaron a entrar en detalles, pero señalaron que cuando se suman los costos aparece "un número bastante grande", y que el presidente electo "trata de ahorrar dinero de los contribuyentes".
La razón del estallido de Trump no está clara; el contrato de Boeing se adjudicó en enero de 2015. Cuando Trump tuiteó, el Washington Post informó sobre un reporte del Pentágono que identificaba USD 125.000 millones en gastos innecesarios. El diario dijo que el informe fue anulado por oficiales de Defensa.
El CEO de Boeing, Dennis Muilenburg, expresó su preocupación sobre el futuro de la política comercial de Estados Unidos en una declaración el 2 de diciembre en la Asociación de Fabricantes de Illinois, que fue publicada por el diario Chicago Tribune poco antes del tuit de Trump.
"Ahora que la campaña ha terminado, espero que podamos trabajar juntos para asegurarnos de que Estados Unidos continúe desempeñando un papel de liderazgo en la configuración de la economía global a través de acuerdos comerciales", dijo Muilenburg. Y agregó: "Si no lideramos cuando se trata de escribir estas reglas, nuestros competidores las escribirán para nosotros. Para Boeing, eso podría resultar en costos más altos, interrupción de las cadenas de suministro y regulaciones que disminuyan nuestra capacidad de vender productos en todo el mundo".
Las exportaciones representan una gran parte del negocio de Boeing, según la revista Aviation Week, con 5.500 de los 7.522 aviones construidos por Boeing entre 2000 y 2015 dirigidos a clientes extranjeros. Muchos se venden en China, el país en la mira de Trump. Cualquier contragolpe podría ser doloroso para Boeing y sus grupos de interés.
El presidente electo puede querer cancelar el contrato, pero será difícil para el gobierno estadounidense encontrar un nuevo proveedor. Los oficiales de la Fuerza Aérea insisten en que el avión tiene cuatro motores para mayor confiabilidad; las dos únicas compañías que fabrican aviones de reacción de cuatro motores son Boeing y el campeón de Europa, Airbus, que tiene su sede en un suburbio de Toulouse, Francia.
Después de repartir exenciones fiscales para mantener sólo 800 empleos en Indiana, es difícil imaginar que el equipo Trump genere más trabajo en Francia.