En la noche del 23 de junio de 1993, Lorena Bobbitt se levantó de su cama, fue hasta la cocina, tomó un cuchillo, regresó a su habitación, sostuvo con su mano el pene de su marido, John, y lo cortó al medio. Luego, salió de la vivienda, condujo su automóvil por Manassas, Virginia, y arrojó el miembro por la ventana. Horas antes, quien se desangraba en su lecho había arribado a su hogar borracho y la había violado.
Como era de esperar, el incidente provocó el final de su matrimonio y el inicio de un juicio que acaparó la atención de todas las cadenas de radio y televisión de los Estados Unidos y el mundo. Lorena fue juzgada, pero un rapto de demencia temporaria había sido lo que provocó el infame ataque.
A los 49 años, y más de 23 años después de ser noticia, John Wayne Bobbit rompió el silencio en el programa Scandal Made Me Famous (El Escándalo me hizo famoso) que se emitirá este sábado por el canal Reelz. Allí contó cómo su vida cambió para siempre a partir de ese hecho que debió haber quedado en la intimidad de su matrimonio y con una sentencia contra su ex esposa.
"Miré hacia abajo y vi que había sangre por todos lados. Fue una cosa devastadora que te pasa de un momento a otro. El suicidio parece ser la única respuesta", manifestó Bobbitt al show. El tiempo de las heridas y los resentimientos parecen haberse disipado para este hombre, que hoy está alejado de las cámaras y gana su vida como conductor de automóviles: "No culpo a Lorena. Ambos nos dañamos. Le deseo lo mejor".
Tras la "ablación" y la huida de Lorena, los policías que intervinieron en el caso hallaron la parte del miembro que había sido seccionada y la trasladaron de urgencia al hospital donde se encontraba John. Allí, los médicos –luego de varias horas de cirugía– pudieron reconstruir su pene. Sin embargo, ya nada sería igual. Pronto Bobbitt se dio cuenta de que no podría tener sexo. Su virilidad había desaparecido.
Su inesperada fama, el caso y su estigma lo llevaron a tener que experimentar nuevas profesiones. Fue así como aceptó ser parte de la industria del cine porno. Sus películas –en las que usaba una prótesis– fueron un éxito de taquilla y se volvió una sensación. Sus apariciones públicas se multiplicaron y era invitado a diversos programas de televisión.
Lorena, en cambio, optó por un perfil mucho más bajo. Comenzó a trabajar en un salón de belleza, volvió a casarse y se cambió el nombre. Quería escapar de su pasado tormentoso. Durante el juicio, alegó que su ex marido abusaba de ella tanto física como sexualmente. Fue por eso que crearía –años después– una fundación dedicada a la violencia doméstica llamada Lorena's Red Wagon.
Durante una entrevista dada a Steve Harvey, Lorena explicó que tenía "una nueva vida" y que pretendía focalizarse en lo que era bueno para ella y rodearse de "gente positiva". "Entendemos que ahora mi historia tiene algo de humor, pero también arrojamos luz sobre lo que es la violencia doméstica", indicó en aquella oportunidad la mujer.
Lorena recuerda: "Me encontré a mí misma en la calle con el pene en una mano y el cuchillo en la otra. Así que… esas cosas pasan. Estoy aquí para decirte y decirle a todo el mundo qué ocurre cuando una mujer es abusada por un hombre".
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