El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, hizo en América Latina lo que intentó hacer en Europa: "Dijo a los ciudadanos preocupados que no efectúen juicios y conclusiones negativas sobre el hombre al que alguna vez llamó incapaz para llegar a la Casa Blanca, el presidente electo Donald Trump". Según publicó el lunes el diario egipcio Al-Watan, que interpretó el gesto de Obama como positivo en su última gira como primer mandatario estadounidenses.
"En su viaje de despedida internacional, que incluyó visitas a Grecia y Alemania, Obama intento calmar las ansiedades desde que Donald Trump venció a Hillary Clinton en las elecciones presidenciales estadounidenses", según declaró el analista Daham Anzi a la televisión saudita, "Obama no estuvo mal para todo lo que se vio como reacción a la derrota por parte de los demócratas" y señaló también "que el mensaje principal de Obama fue no asumir lo peor" durante una conferencia en la respondió preguntas en Perú el pasado sábado.
La prensa peruana remarcó que el presidente saliente pidió que "esperen hasta que la nueva administración esté trabajando, hoy están organizando sus futuras políticas, cuando eso suceda pueden hacer sus juicios sobre si es consistente o no con el interés de la comunidad internacional para vivir en paz y prosperidad juntos", dijo Obama.
Para el analista Anzi, "Trump ganó las elecciones después de prometer construir un muro en la frontera con México, amenazar con romper acuerdos comerciales y prohibir temporalmente la entrada de musulmanes a los EEUU". Sin embargo, "la campaña electoral no siempre es lo mismo que la forma en que se gobierna".
Obama expresó su esperanza en que el equipo de Trump considere los méritos de las políticas que los demócratas defendieron a pesar de que el electo presidente se comprometió a desmantelar varias de ellas, desde el acuerdo nuclear con Irán hasta el pacto internacional para combatir el cambio climático. El presidente saliente también declaró que los EEUU cumplirán su obligación con la OTAN, lo mismo que con las políticas para Latinoamérica, lo cual pareció basarse más en el optimismo que en el conocimiento de los planes de Trump.
Trump anunció el pasado viernes que está preparando su administración para tomar una línea dura frente a la militancia islamista y frenar la inmigración ilegal. Medios de prensa y agencias de noticias europeas manifestaron preocupación debido a sus declaraciones también sobre la relación con Rusia y sus elogios al presidente Vladimir Putin. La evidencia más simple sobre estas preocupaciones es la conferencia urgente convocada por ministerios de Asuntos Exteriores europeos para discutir las consecuencias de la victoria de Trump.
La preocupación europea se hizo más clara cuando Boris Johnson, ministro británico de Exteriores, se disculpó por no asistir a la conferencia, y un funcionario de la cancillería británica dijo al Financial Times que normalmente se celebra una reunión de este tipo para comentar sobre un golpe de Estado, un ataque terrorista, un terremoto o cualquier otro desastre. "Sin embargo, lo que sucedió en los Estados Unidos es una elección democrática", declaró el funcionario.
Las preocupaciones europeas se deben a alguna postura vaga de Trump hacia Europa tanto en lo militar como en lo económico, ya sea por la OTAN u otros acuerdos firmados. Otra razón es la relación de Trump hacia Rusia y Putin. Los europeos temen que serán víctimas de esta relación a pesar de la fuerza militar y económica de Europa.
Según el analista saudita Anzi, la pregunta a efectuase debería ser ¿por qué los europeos tienen el derecho de expresar su preocupación por el papel potencial de Rusia en Europa, mientras que las advertencias árabes de la peligrosa conducta iraní en Oriente Medio fueron desatendidas e ignoradas por Estados Unidos, Obama y Europa?
"Es sorprendente cómo los europeos están preocupados por un posible papel de Rusia, mientras que Occidente y Obama jamás se han preocupado por el avance nuclear de Irán y su expansión en Oriente Medio. Por los últimos ocho años, el presidente de los EEUU ha pasado por alto el daño iraní; no sólo en el mundo árabe, sino también contra los propios iraníes.
Entonces, ¿por qué los europeos temen el papel de Rusia, y los países árabes no tienen el derecho a temer el papel de los iraníes?", concluyó Anzi.