Donald Trump sumó otra mujer a su gabinete: la millonaria Betsy DeVos será secretaria de Educación

El presidente electo incluyó en su gobierno a una fuerte defensora de la educación privada. Previamente, había anunciado que la gobernadora Nikki Haley será embajadora de Estados Unidos ante la ONU

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Trump y Betsy DeVos, su secretaria de Educación (AFP)
Trump y Betsy DeVos, su secretaria de Educación (AFP)

Dos mujeres –una hija de modestos inmigrantes y una multimillonaria– se sumaron este miércoles al futuro gabinete del presidente electo de Estados Unidos, Donald TrumpLa gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, será la embajadora de Estados Unidos ante la ONU y Betsy DeVos será la secretaria de Educación.

La millonaria Betsy DeVos llega al gabinete presidencial por su activismo a favor de una reforma en la educación que limite las regulaciones sobre el funcionamiento de las escuelas.

DeVos tiene una larga relación con el Partido Republicano. Su familia está relacionada con la empresa Amway y ella misma fue dirigente del Partido Republicano en Michigan.

De 58 años de edad, es vista como una defensora de la educación privada y la Fundación DeVos afirma que se dedica a "romper las barreras a las opciones en la educación".

Su activismo se concentra en impulsar las denominadas "charter schools", escuelas que reciben fondos gubernamentales pero que son administradas con la independencia de iniciativas privadas, a salvo de cualquier regulación que las controle.

DeVos también defiende el proyecto de los "cheques escolares", con fondos provenientes de la esfera pública para familias que quieran enviar sus hijos a escuelas privadas, especialmente religiosas.

Graduada en administración de empresas y ciencias políticas, DeVos ya había sido nominada al directorio del Centro Kennedy de Artes Escénicas, en Washington, durante el gobierno de George W. Bush.

Es también hermana de Erik Prince, el fundador de la empresa de seguridad Blackwater, que logró multimillonarios contratos durante la invasión a Irak y terminó envuelta en una áspera controversia.

Nikki Haley, una ex rival de Trump, a la ONU

 
(AP)
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Nikki Haley era poco conocida a nivel nacional hasta que un tiroteo en su estado le valió protagonismo. La masacre en una histórica iglesia negra en Charleston en junio de 2015 dejó al descubierto algunas de las tensiones raciales que aún persisten en Carolina del Sur, que en 1860 se convirtió en el primer estado en separarse de Estados Unidos antes de la Guerra Civil.

Hija de inmigrantes indios, Haley (apellido de su marido) se posicionó con firmeza contra el tiroteo perpetrado por un joven blanco e inició una campaña para remover de todos los edificios públicos del estado la bandera confederada, vista por muchos como un símbolo racista.

Se crió en un hogar que seguía la religión sij, pero se define ahora como cristiana. Durante la campaña electoral, Haley fue crítica de Trump y en las primarias republicanas apoyó primero al senador por Florida Marco Rubio y luego al senador Ted Cruz.

Nacida como Nimrata Nikki Randhawa en 1972 en Bamberg, Carolina del Sur, de chica ayudaba a su madre en su local de ropa y la asistía con los libros contables. La experiencia la llevaría luego a estudiar y graduarse de contadora.

Haley sirvió en la Cámara de Representantes de Carolina del Sur entre 2005 y 2011. Cuando se postuló por primera vez, recibió insultos por parte de algunos en el Partido Republicano.

Muy popular entre los conservadores antiimpuestos del Tea Party, Haley se ganó el apoyo de la ex gobernadora de Alaska Sarah Palin y llegó a la gobernación del estado en 2010.

Actualmente es la gobernadora más joven de Estados Unidos y la segunda de descendencia india, después de Bobby Jindal, de Luisiana.

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