La gran duda acerca del futuro del Gobierno de Donald Trump que comenzará el próximo 20 de enero está centrada en si cumplirá o no muchas de las cosas que prometió en campaña.
En el aspecto económico ha planteado una serie de aspectos básicos entre los que se destacan una apuesta por una reducción de impuestos a los particulares y a las empresas, políticas de oferta con un aumento de la inversión en obra pública, restricciones comerciales para frenar las importaciones de China o de México y una menor regulación para el sector financiero y el farmacéutico.
La gran duda es si habrá una suba de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal. Por sectores, la banca y la biotecnología podrían sacar partido de la menor regulación. También se espera que el aumento del gasto militar favorezca a la industria, y el aumento de la obra pública impulse a las constructoras.
Entre los aspectos mas importantes de su propuesta económica durante la etapa electoral se deben mencionar:
1. Suba de la tasa de interés de la Reserva Federal
Luego de la sorpresa electoral, los expertos no descartan una suba de tipos de interés en diciembre, que se daba por hecho antes del triunfo de Trump. Pero dependiendo de la volatilidad del mercado, esta decisión podría posponerse. Trump está a favor de un proceso de normalización monetaria más acelerada y ha sido crítico con su presidente Janet Yellen, pero no puede retirarla de la Reserva Federal hasta el final de su mandato, en febrero de 2018. Pero puede nombrar gobernadores para llenar las tres vacantes que quedarán en la Fed en 2017. La mayoría de los expertos de Wall Street opina que si Trump ejecuta su programa tal cual, habría un fuerte aumento de los intereses a largo plazo.
2. Una reducción de impuestos
Se buscaría reducir las tasas a las empresas. Dejaría el tributo equivalente en España al Impuesto sobre Sociedades, en el 15% desde el actual del 35% (aunque el tipo efectivo es del 27%). En tanto los tramos impositivos quedarían reducidos desde los siete actuales a tres (12%, 25% y 33%) y se eliminarían el Impuesto de Sucesiones y el tributo sobre la renta para las personas con bajos ingresos. Se trata de una profunda reforma fiscal que propulsaría el consumo interno. El objetivo es desincentivar que las empresas del país se marchen, especialmente a otras regiones cercanas con mano de obra más barata, como México, o con mejor tributación. Esta reducción se aplicará tanto a las grandes corporaciones como a las pequeñas y medianas empresas. En teoría, su efecto inmediato será elevar los beneficios contables de las compañías y su flujo de caja libre (el efectivo disponible después de pagar a proveedores y realizar inversiones), si bien los expertos dudan de que ese cambio se pueda ejecutar en toda su magnitud. Trump también ha prometido que permitirá la repatriación del dinero en paraísos fiscales a cambio de un pago único del 10%. Por ejemplo, los dividendos de filiales en el extranjero se podrán recuperar, ahora secuestrados en las sociedades radicadas en el extranjero para evitar que se dispare su factura fiscal.
3. Aumento de la inversión pública
El plan de inversión en infraestructuras de Trump ronda los 700 mil millones de dólares. "Coches estadounidenses viajarán en nuestras carreteras, aviones estadounidenses conectarán nuestras ciudades y barcos estadounidenses patrullarán nuestros mares; el acero estadounidense levantará nuevos rascacielos", dijo en su campaña. Este aumento del gasto podría toparse con limitaciones presupuestarias. Es una especie de plan orientado al keynesianismo respecto de la construcción de infraestructuras (carreteras, puentes, redes eléctricas) y de defensa, lo que podría crear una situación propicia para las presiones inflacionarias en el medio plazo. La economía americana podría seguir en una senda de crecimiento con impulso de gasto público y pleno empleo que impulsaría el consumo.
4. La desregulación de la banca
Trump no era el candidato de Wall Street, pero el sector financiero podría ser uno de los más beneficiados por sus medidas desregulatorias. Prometió una nueva era que pasaría por anular la ley Dodd-Frank, que permite una supervisión y un control exhaustivos de la banca. Incluye fuertes restricciones a la negociación de acciones propias, inversiones en hedge funds o en capital-riesgo, lo que elevaría la rentabilidad del sistema financiero. Barack Obama puso en marcha la norma en julio de 2010 como una forma de evitar que se pueda repetir la gran crisis financiera similar a la de 2008. Trump también prometió la recuperación, al menos parcialmente, de la ley Glass-Steagall, promulgada tras la Gran Depresión, que exigía la separación de las actividades de banca comercial y de inversión. Ésta fue derogada en 1999 y Trump aseguró que quiere adaptarla al siglo XXI. Por el momento, no ha dado más detalles sobre la cuestión.
5. El aumento del proteccionismo comercial
Las políticas anunciadas contra el comercio exterior y la inmigración son grandes preocupaciones de los inversores. Para Trump, lo primero son los Estados Unidos. En campaña habló contra el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta) y el Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP). Amenazó con romper ambos, porque son los responsables del desempleo en los Estados Unidos. Por otro lado, anunció que creará 25 millones de puestos de trabajo. También se ha mostrado muy duro con China y México, y anunció que quiere imponer fuertes aranceles del 45% y del 35% para favorecer los productos locales. En ese aspecto, mencionó la construcción de un muro en la frontera con México y la deportación de todos los inmigrantes indocumentados. Esa amenaza de mayor proteccionismo provocó las fuertes devaluaciones en América Latina, especialmente en México.
6. La posible vuelta a las fuentes de energía tradicional
El programa de Donald Trump presentado en campaña pide por la independencia económica de los Estados Unidos y menciona de forma específica sacar partido a los recursos naturales por 50 billones de dólares en yacimientos de petróleo y gas con los que cuenta el país. Por ese motivo, las empresas especializadas en energías renovables están en duda con respecto a su crecimiento futuro. Los comentarios de Trump sobre el cambio climático han ido desde calificarlo como un engaño hasta advertir que las políticas de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) están costándole empleos al país, aunque sí ha hablado de la importancia de mantener el aire y el agua limpios. Ha sugerido que se retirará del histórico acuerdo de París, que acabará con el Plan de Energía Limpia e impulsará las industrias nacionales de carbón y petróleo.
7. Un nuevo programa de salud pública
Trump publicó un plan de reforma de salud de siete puntos en el que pide que se derogue la Ley de Asistencia Asequible, conocida como Obamacare, al eliminar las barreras estatales que impiden la venta de seguros médicos a través de las fronteras estatales y al hacer que los pagos de las primas de seguro de salud de los individuos sean totalmente deducibles de impuestos. Las reformas, las cuales Trump llama "simplemente un lugar para empezar", tienen como propósito ampliar el acceso a la asistencia médica, al hacer que la atención médica sea más asequible y al mejorar su calidad, de acuerdo con el plan publicado en el sitio web de la campaña de Trump. También pide en su plan de asistencia médica que se elimine el mandato individual, el cual bajo Obamacare requiere que todos los estadounidenses tengan seguro de salud. El plan de Trump se basa en convertir el Medicaid en un programa de subvención de bloques que tendría como objetivo eliminar el fraude, el despilfarro y el abuso para preservar los recursos. Trump se ha comprometido a garantizar que los estadounidenses que no pueden pagar un seguro de salud estén cubiertos en parte al recortar los acuerdos del Gobierno con los hospitales de todo el país. También vincula sus propuestas de asistencia médica con sus propuestas de inmigración, lo cual desde hace mucho tiempo ha sido la piedra angular de su campaña presidencial.