El Partido Demócrata se sumerge en un período de incertidumbre y la necesidad de redirigir su rumbo, luego de la sorprendente derrota sufrida a manos de Donald Trump y la falta de figuras que asomen un futuro prometedor.
En el corto plazo, su problema es evidente: la posibilidad de una dinastía Clinton se borró del mapa, Barack Obama no puede volver a postular a la presidencia y sus dos figuras que asoman como alternativas y tienen popularidad (el vicepresidente Joe Biden y el senador Bernie Sanders) tienen más de 70 años y están virtualmente descartados para la carrera de 2020.
Los demócratas, además, no lograron recuperar el control de ninguna cámara del Congreso, donde las elecciones del 2010 y 2014 también fueron negativas.
Para su recomposición, mucho dependerá de cómo sea el gobierno entrante del outsider republicano. Los ciclos en Estados Unidos han durado dos mandatos en las últimas décadas (Ronald Reagan, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama, con la excepción de George H. Bush), pero el poco predecible Trump podría darle un aire a los demócratas.
Como esperanza, los partidarios recuerdan que en 2004 Barack Obama era un nombre desconocido en el panorama nacional, siendo un senador estatal por Illinois. Su salto a la escena se produjo en la Convención Demócrata que postuló a John Kerry como candidato para competir contra la reelección de Bush. En ese escenario, pronunció un memorable discurso.
Su mensaje fue recordado este 2016, también en la Convención Demócrata, cuando el senador Cory Booker, de 47 años, caminó al estrado y dejó a la ovación aplaudiendo de pie tras una intensa presentación. Sin embargo, es una de las pocas excepciones y la media de los presentes en el escenario para el cierre de campaña de Clinton (sin contar a los músicos y otras celebridades) tenía una media superior a los 60 años.
La imagen contrasta con la actualidad del Partido Republicano. Aunque sufre de una fuerte división por el cisma que representó la candidatura de Trump, tener la Presidencia, el Senado y la Cámara de Representantes le puede otorgar aire suficiente para su recomposición. En tanto, figuras claves de su organización destacan por su juventud: Paul Ryan tiene 46 años, y los precandidatos de la primaria Ted Cruz y Marco Rubio tienen 45.
Teniendo en cuenta el poder de movilización que consiguió Sanders durante la interna demócrata, y que fue impulsado en su mayoría por votantes juveniles o millennials, la nueva generación demócrata podría salir del ala izquierda del partido. A su vez, el evidente éxito de un candidato fuera del sistema político podría hacer que la fórmula intente ser imitada, o un eventual éxito del gobierno de Trump llevaría a buscar un acercamiento a los votantes de la derecha estadounidense.
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