El joven había salido de Indianapolis e iba a Whitewater por la Interestatal 65 a una velocidad de 110 kilómetros por hora. Llovía mucho, pero estaba tranquilo porque conocía el camino a la perfección.
"Viajo de tres a cuatro horas cada vez, y canto para hacer que pase el tiempo", explicó Travis Carpenter. A la vez, se filma para luego evaluar sus errores y aciertos.
Estaba ensayando una voz nasal mientras cantaba un tema de Casting Crowns cuando su automóvil patinó. Su rostro se transformó en ese momento, al prever lo mal que iba a terminar eso. El vehículo volcó y cayó por un pequeño barranco.
"Éstas son las dos partes más increíbles. Primero, no tuve ninguna lesión. Ni siquiera un rasguño. Y mi auto no recibió ningún daño mecánico. Se puede manejar perfectamente. Sólo sufrió daños en la carrocería", contó. Un hombre con suerte.
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