Durante meses Michelle Martens organizó algo que la convirtió en un mostruo. Durante meses organizó ataques sexuales contra sus propios hijos. Durante meses lo disfrutó. Hasta que una noche, el 24 de agosto pasado, mientras su novio Fabián González inyectaba con metanfetamina a la pequeña de 10 años, el frágil cuerpo de Victoria no toleró más. Murió. Ambos autores del crimen decidieron entonces descuartizarla. Y quemar sus restos. La policía halló la espeluznante evidencia en el baño de su vivienda de Albuquerque, Nuevo México.
Martens (35 años) y González (31) fueron detenidos de inmediato por la policía. Y la "madre" confesó: durante meses había organizado este tipo de ataques sexuales no sólo contra su hija Victoria, sino también contra su otro hijo, Matthew, de 8 años. A ella le gustaba mirar. Observar cómo sus repetidos novios (González sería el último) violaban a ambos luego de sedarlos con metanfetaminas o pastillas para dormir.
Michelle confesó. Contó a los investigadores que durante meses organizó mediante sitios de cita online, encuentros con diversos hombres para que abusaran de su hija y su hijo. Ella participaría observando todo. Era lo que le daba placer. Y además también tenía sexo con los hombres que llevaba a su casa.
Martens declaró ante los policías que usaba el sitio de citas Plenty and Fish para concretar los macabros encuentros. Otras reuniones sexuales las organizó en su propio trabajo, donde atendía a los clientes. Allí invitó a uno de los hombres que trabajaban con ella.
Durante las requisas a su vivienda, los detectives hallaron también una cámara grabadora. Creen que la usaban para filmar los encuentros sexuales con los menores Sin embargo, esa versión no fue confirmada. De las violaciones también participó una prima de González, llamada Jessica Kelley.
Durante su declaración, González intentó defenderse ante los investigadores, de la manera más cínica: "Ellos me amaban", dijo en referencia a los niños. También culpó a Kelley por la muerte de la pequeña. "Sólo fui testigo", alegó. El último mes ambos se habían mudado a la vivienda de Martens. Según confesó la madre de Victoria, los abusos habrían sido diarios, incluso mientras ella permanecía en su lugar de trabajo.
En la madrugada del 24 de agosto, los vecinos llamaron a la policía de Albuquerque luego de que Martens y González salieran a los gritos diciendo que Kelley los había atacado. Al llegar, los oficiales hallaron la criminal escena que los impactó.
Los tres fueron acusados formalmente de secuestro, abuso infantil seguido de muerte, manipulación, conspiración y contribución a la delincuencia de un menor. Kelley y González también fueron imputados por penetración carnal de los niños.
Albuquerque no sale de su asombro y conmoción por el brutal hecho. El jefe de Policía de la ciudad, Gorden Eden Jr. lo calificó como "el más horrible acto que he visto en toda mi carrera". La gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, también se mostró sacudida por los detalles del siniestro homicidio: "Es inclasificable y la justicia deberá caerles como un martillo", sentenció por medio de un comunicado.
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