La candidatura de Donald Trump no sólo genera polémica en los Estados Unidos y el mundo entero. También expuso las fuertes divisiones al interior del Partido Republicano. La fractura interna se intentó apaciguar, al menos hasta las elecciones presidenciales del 8 de noviembre, pero esa estrategia falló.
Paul Ryan, la máxima autoridad republicana en el Congreso, abandonó de facto a Trump este lunes, mientras que el jefe del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, declaró que estaba en total coordinación con el magnate nominado a la Casa Blanca.
El reconocido senador republicano y ex candidato a presidente John McCain siguió el camino de la ruptura de la manera más rotunda: manifestó que no votará por Trump ni por su rival, Hillary Clinton.
"No es agradable para mí renunciar a votar al nominado por mi partido" dijo el senador, aunque aclaró: "Él ganó la nominación de manera limpia y correcta".
"Cuando el señor Trump ataca a las mujeres y desprecia a las mujeres en nuestra nación y nuestra sociedad, ése es el punto donde se debe quebrar el apoyo" explicó McCain, y detalló: "Tengo hijas, amigas y excelentes mujeres en mi equipo. No puede denigrar y despreciar de esa manera".
El senador por Arizona aclaró que "no cree" en los ataques de los medios hacia Trump y su "locura" en caso de estar a cargo de los códigos nucleares de la nación. "No veo un escenario donde su dedo pueda apretar el botón", afirmó.
McCain aclaró que Trump "es un viejo y buen amigo" y que "mucha gente lo sigue", pero dijo que sinceramente "no votará por ninguno de los dos" en referencia a Trump o Hillary.
Partidarios de Trump se congregaron ante la sede del RNC en el Capitolio el lunes, y las declaraciones en apoyo al candidato fueron contundentes: "Él ya tiene que luchar contra Hillary y Bill (Clinton) y los medios. ¿Ahora tiene que luchar contra otros republicanos?", preguntó Kelley Anne Finn, republicano de 58 años integrante del partido, y aseguró: "No votaremos a favor de quien no vote a Trump".
Cuarenta senadores y congresistas republicanos revocaron su apoyo al magnate neoyorquino, y casi una treintena de ellos le pidieron en los últimos días que abandone la carrera electoral. Pocos eran los defensores acérrimos de Trump en un principio, pero la gota que colmó el vaso fue la emisión a finales de la semana pasada de una grabación de hace una década en la que el candidato empleaba lenguaje vulgar y soez contra las mujeres.
La reacción de Trump en Twitter
"Nuestro débil e inefectivo líder, Paul Ryan, llamó una mala conferencia de prensa en la que sus miembros dieron rienda suelta a su deslealtad", escribió el magnate en su cuenta de la red social Twitter.
Our very weak and ineffective leader, Paul Ryan, had a bad conference call where his members went wild at his disloyalty.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 11, 2016
Despite winning the second debate in a landslide (every poll), it is hard to do well when Paul Ryan and others give zero support!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 11, 2016
"A pesar de ganar el segundo debate por un campo (todas las encuestas), es muy difícil hacerlo bien cuando Paul Ryan y otros dan cero soporte!", se quejó amargamente Trump. Horas antes había comenzado su ataque con otro tuit:
Paul Ryan should spend more time on balancing the budget, jobs and illegal immigration and not waste his time on fighting Republican nominee
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 10, 2016
"Paul Ryan debería pasar más tiempo balanceando el presupuesto, trabajos e inmigración ilegal y no desperdiciar su tiempo en pelear contra el candodato republicano", dijo al enterarse de que le retiraba el apoyo a su campaña.
Por otro lado, una encuesta realizada por la agencia de noticias The Associated Press y el Centro NORC para Investigaciones de Asuntos Públicos realizada del 15 al 18 de septiembre halló que tres de cada cuatro estadounidenses se sienten frustrados por la elección. Menos de uno de cada cinco dijo que se sentía orgulloso por la contienda de 2016.
Según el sondeo, muchos indecisos que formaban parte del Partido Demócrata o del Partido Republicano, se empadronaron como independientes y se están inclinados a votar por candidatos que no sean de esos partidos.
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