Mike Pence es gobernador de Indiana desde 2013. Moderado en su estilo, pero muy conservador en sus ideas, afianza la penetración de Donald Trump en el electorado religioso y tradicional del Partido Republicano. Tim Kaine es senador por Virginia y fue gobernador del Estado entre 2006 y 2010. Trabajó como misionero en Honduras y es muy cercano a la comunidad latina, lo que refuerza la adhesión de ese universo de votantes a la candidatura de Hillary Clinton.
El martes a la noche fueron los protagonistas de un intenso debate. El 48% de los espectadores dieron ganador a Pence, frente a un 42% que se inclinó por Kaine, según una encuesta difundida por CNN. El sondeo reveló que el republicano estuvo muy por encima de lo que esperaban de él, mientras que el demócrata decepcionó. En la misma línea se manifestaron muchos analistas: Kaine se concentró demasiado en atacar a Trump, sin tener el mejor perfil para ese trabajo, y Pence fue bastante hábil para esquivar las balas. Uno se mostró errático y nervioso. El otro, calmo y convincente.
El aporte de los candidatos a vicepresidente
Asumiendo por un momento que Pence haya tenido una clara victoria, ¿cuánto puede torcer una carrera que, hasta el momento, tiene a la ex primera dama en la delantera? Es probable que muy poco.
El debate fue visto por 37 millones de televidentes a lo largo del país. La audiencia estuvo lejos del récord de 84 millones del encuentro entre Trump y Clinton, lógicamente. Pero también estuvo muy por debajo de los últimos debates entre aspirantes a la vicepresidencia. El de 2012 entre Joe Biden y Paul Ryan había sido visto por 51.4 millones de personas. El de 2008, entre Biden y Sarah Palin, por 69.9 millones.
"Los candidatos a la vicepresidencia no son tan importantes para las campañas. No suelen ser tenidos en cuenta en el cálculo de los votantes. Usualmente se espera que sean los perros de ataque, mientras los candidatos presidenciales se mantienen por encima de las refriegas. Como en tantas otras cosas, Trump no sigue este modelo. La mayor contribución de Pence hasta ahora ha sido para levantar su propio perfil. Su buena performance en el debate puede ayudarlo para 2020, pero ciertamente no colaboró con Trump, porque se rehusó a defender muchas de sus posturas", explicó Rosalee A. Clawson, jefa del Departamento de Ciencia Política de Universidad Purdue, consultada por Infobae.
Complemento. Ésa es la mejor manera de definir lo que significan los candidatos a vicepresidente para los postulantes presidenciales. Les suman algo que quizás no tienen, o refuerzan algún aspecto que los jefes de campaña están interesados en destacar.
"Pence está muy bien conceptuado en la comunidad conservadora protestante, así que ayuda a solidificar su apoyo hacia Trump. Kaine es católico, así que se espera que ayude a Clinton con ellos. Y como sureño puede que tenga llegada a los blancos del sur", afirmó Paul A. Beck, profesor de ciencia política en la Universidad Estatal de Ohio, en diálogo con Infobae.
Otra función es aportar cierto balance geográfico. Esto se aplica especialmente al caso de Kaine, que es senador por Virginia, uno de los principales campos de batalla de estas elecciones. No así con Pence, que es de Indiana, un Estado en el que los republicanos ganarían con o sin él.
También se supone que deberían compensar algunas de las debilidades de los líderes. Clinton, por ejemplo, tiene un problema para generar empatía con los votantes, muchos de los cuales no confían en ella. "Kaine suma a la boleta de Clinton alguien conocido, confiable y respetable. Es considerado ser un buen hombre, un buen demócrata", dijo a Infobae Janni Aragon, profesora de ciencia política en la Universidad de Victoria, Canadá.
¿El segundo hombre más poderoso del mundo?
"Si no hay demasiadas dudas respecto de la salud del presidente, y el Senado no está en una situación de bloqueo, el vicepresidente no tiene mucho poder real. Informalmente, frecuentemente es alguien de consulta para el presidente, sirve como su sustituto en muchos eventos públicos y puede ayudarlo a llegar a cierto tipo de electores", dijo James A. McCann, profesor de la Universidad Purdue, consultado por Infobae.
Constitucionalmente, el vice tiene dos misiones. Una es definir una votación en el Senado en caso de empate. La otra es nada menos que asumir la presidencia en caso de muerte del primer mandatario.
"Los vices son siempre importantes en el sentido de que están a un latido de la presidencia. Esto es particularmente importante este año, por la avanzada edad de Trump y de Clinton. En términos de poder real, varía de una presidencia a otra", dijo Clawson.
Lyndon B. Johnson, por ejemplo, fue el compañero de fórmula de John F. con Kennedy. Era una figura secundaria hasta el asesinato de JFK en 1963, que lo llevó a la presidencia. Y se convirtió en uno de los mandatarios más importantes de la historia. La Ley de Derechos Civiles, que terminó con la discriminación institucionalizada contra los afroamericanos, fue su principal legado.
"Más allá de las previsiones de la Constitución —dijo Beck—, el vicepresidente tiene poder político sólo si se lo da el presidente. Algunos, como Joe Biden con Barack Obama, o Dick Cheney con George W. Bush, tienen mucha libertad para ejercer sus poderes sobre ciertos dominios ejecutivos. Pero siempre tienen que acordar sus decisiones con el presidente".
El de Cheney, vicepresidente entre 2001 y 2009, es uno de los casos más comentados. Casi todos los analistas coinciden en que participó decisivamente de las principales decisiones de gobierno. Cuesta imaginar que Kaine o Pence puedan tener un poder comparable.
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