"¡No puedo respirar!". Michael Sabbie lo gritó 19 veces durante los nueve minutos que dura el video original, registrado el 21 de julio de 2015 por un guardia de la Penitenciaría Bi State, ubicada en el límite entre Texas y Arkansas. Es la principal evidencia con la que cuentan los abogados de la familia en su denuncia contra las autoridades de la cárcel, por dejar morir a Sabbie.
Había sido arrestado dos días antes, luego de tener una fuerte discusión con su esposa en la casa. Ella lo denunció a la Policía por agresiones y amenazas.
Ni bien llegó al penal empezó a manifestar problemas de salud. Tenía dificultades para respirar, tosía mucho y escupía sangre. Pero en la enfermería decían que no tenía nada.
El 21 de julio se presentó ante un tribunal para manifestar su inocencia. El juez notó la precariedad de su estado e indicó a sus celadores que lo atendieran. No le hicieron caso.
El video comienza cuando lo regresaron a la prisión. Sabbie no quería ir a su celda y exigía que lo atendieran. Entonces, seis guardias se le arrojaron encima para reducirlo. Cuando ya estaba totalmente inmovilizado, uno se acercó y le roció el rostro con gas pimienta.
Luego lo llevaron a su celda y allí lo dejaron, tirado. Era evidente que estaba en muy malas condiciones, pero no les importó. Al día siguiente amaneció muerto.
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