Christopher Dilly y Jessica Lally vivían juntos con su pequeños cuatro hijos de 7, 5 y 3 años, y una bebé de 9 meses en su vivienda de Pennsylvania. Pero lo hacían rodeados de un drama que no podían sacarse de encima, como millones de norteamericanos: la epidemia de la heroína.
El lunes, cuando el bus escolar pasó a buscar a la mayor de ellos -cuya identidad no trascendió para cuidar su privacidad-, de 7 años, la niña le confió al conductor: "Mis padres no despiertan". El hombre alertó a las autoridades, quienes al llegar a la propiedad comprobaron lo más doloroso: ambos habían muerto de una sobredosis. Y quizás estaban así desde hacía días, sin que sus hijos supieran qué hacer.
Pero el drama de la familia no era nuevo. En febrero pasado la hermana de la joven de 25 años había advertido en su perfil de Facebook las condiciones en que vivían producto de sus adicciones. Intentó desesperada que por esa vía alguien encendiera una alarma y pudiera hacer algo. Era un intento desesperado que no sirvió.
Aquel día de febrero, Courtney Lally publicó varias fotografías del interior de la casa en condiciones deplorables. La suciedad y el estado de las cosas era difícil de creer. El olor era penetrante. Sus hijos estaban en peligro.
"Así es cómo Jessica Leigh vive con sus hijos y Christopher Dilly", escribió Courtney. "Quiero que la gente vea cuán malos y sucios padres son ellos. Es tan triste que no cuiden a sus hijos", posteó la joven junto a las impactantes imágenes.
Los cuatro pequeños fueron llevados de inmediato a un hospital para que les realizaran exámenes médicos de todo tipo. Una vez en el apartamento, la Policía halló restos de drogas por todos lados. Sin embargo, esperarán a la autopsia para determinar con certeza las causas de la muerte de ambos.
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