Es igual a colgar una bandera Confederada de la ventana de su vivienda en un barrio afroamericano. O exponer vestimentas pardas con alguna cruz esvástica. O manifestarse con cruces ardientes como el Ku Klux Klan. El uso del popular meme Pepe The Frog (La Rana Pepe), fue declarado este martes un símbolo de odio. Así lo estableció la Liga Anti-Difamación, que colocó al simpático anuro en su base de datos, a la misma altura de otros signos sinónimos de masacres, genocidios y discriminación racial.
El personaje fue creado en 2008 por Matt Furie y forma parte del libro de cómic "Boy's Club", en el cual aparecen otros tres animales. Ellos son Andy, Brett, Landwolf y Pepe. Pero lentamente, la rana fue sobresaliendo del resto de sus compañeros. Los niños hicieron de este anfibio un Superman, Batman, Cajera de Supermercado y otras tantas caracterizaciones. Hasta Donald Trump. Hasta Katy Perry lo usó para tuitear.
Pero desde hace ya un tiempo, el personaje fue cooptado por grupos extremistas que comenzaron a compartirlo en contextos antisemitas. "Imágenes de la rana, llevando un bigote como Hitler, vistiendo una kipá o una capucha KKK, proliferaron en las últimas semanas en mensajes de odio dirigido a los judíos u otros usuarios en Twitter", señaló en un comunicado la Liga Anti-Difamación.
"Una vez, los racistas y discriminadores han tomado un popular meme de internet y lo convirtieron en sus propios propósitos para la difusión de la intolerancia y el acoso a los usuarios", añadió el documento firmado por el director de la institución Jonathan Greenblatt.
La Rana Pepe fue asociada a códigos que utilizan neonazis en las redes sociales. Además del bigote característico del genocida alemán, el otrora simpático e inofensivo animal es usualmente acompañado por el número "88". Cada "8" simboliza la "H". Son las iniciales encubiertas para el saludo nazi "Heil Hitler".
Ryan Milner, experto en grupos online y profesor de Comunicaciones del College of Charleston indicó a The New York Times que la forma de expresarse de las agrupaciones raciales ha cambiado en los últimos años. "Ya no queman cruces en los jardines, sino a través de pequeñas conversaciones compartidas en Twitter, que atraviesan las aulas y las viviendas".