En el primer debate presidencial en la noche del lunes, Donald Trump no hizo ningún esfuerzo por ocultar su costado más inescrupuloso en los negocios por más que quedase enredado en comentarios políticamente incorrectos para un candidato a la Presidencia.
Hubo dos momentos casi imposibles de creer, si no se tratara de Trump.
El primero fue cuando Hilary Clinton comentó que el magnate había hinchado a favor de que se produjese la crisis financiera e hipotecaria de 2008 que dejó a millones sin hogar y citó declaraciones suyas de 2006 en las que afirmaba que esperaba "el colapso", así podría "ir y comprar algunas cosas y hacer algo de dinero".
Lejos de sentirse tocado, Trump sacó pecho: "Eso se llama hacer negocios", acotó.
La segunda vez fue en el tramo que Cinton lo reprendió por ser el primer candidato presidencial en cuatro décadas que no dio a conocer sus declaraciones impositivas. La ex secretaria de Estado dijo que las únicas declaraciones conocidas de Trump eran de cuando intentó conseguir un permiso para instalar un casino y mostraban que "no había pagado nada del impuesto federal a las ganancias".
Otra vez, Trump la interrumpió para un comentario que redobló la apuesta: "Eso me hace inteligente".
Insólitos comentarios en la boca de cualquier candidato presidencial tradicional, pero no en la de Trump.
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