En ocasión del primero de los tres debates presidenciales en Estados Unidos, Hillary Clinton vio sus probabilidades de entrar en la Casa Blanca pasar del 69 por ciento -antes del encuentro- al 73 por ciento en un lapso de apenas una horas, según las previsiones de PredictWise.
Este es un giro significativo y relativamente raro, que sólo se ve una vez o dos veces por ciclo electoral, dijo el fundador de PredictWise, David de Rothschild.
La posibilidades para Clinton de hacerse con estados decisivos se vieron también incrementadas de nueve puntos en Carolina del Norte, cuatro puntos en New Hampshire y tres puntos en Pennsylvania, Ohio y Colorado, en un periodo de cuatro horas.
Asimismo, las encuestas realizadas inmediatamente después el encuentro televisivo ubicaron a Clinton como ganadora del debate, con el 62 por ciento de los encuestados a su favor en un sondeo de CNN y el 51 por ciento en una encuesta realizada por la firma Public Policy Polling.
En la raíz de ese consenso se encuentra el dominio que demostró tener Clinton sobre orden del día.
La ex secretaria de Estado eludió una pregunta acerca del escándalo de correo electrónico privado con una escasa respuesta de 46 palabras, al mismo tiempo que logró poner Trump a la defensiva acerca de sus negocios y declaraciones de impuestos. El republicano habló más que Clinton, la interrumpió y la atacó 24 veces más.
Según el análisis de Bloomberg Politics, el magnate se enfrentó por primera vez a una candidata dispuesta a dejarlo tomar la palabra y lo suficientemente hábil para arrinconarlo. Sólo hizo falta que Clinton mencionara el préstamo de 14 millones de dólares que recibió Trump de su padre para que él se encaminara hacia las trampas de su propia dialéctica.
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Otro ejemplo de ello fue sobre el final del debate, cuando Clinton criticó "la retórica de Donald" acerca de las comunidades musulmanas, y desafió a Trump sobre una serie de temas de su elección: Oriente Medio, el Estado Islámico, la guerra en Irak, su temperamento, la publicidad de campaña.
La inmigración, punto estratégico en la campaña electoral de Trump, apenas salió a la superficie durante el encuentro del lunes por la noche. En su lugar, el magnate fue adonde Clinton se lo quería llevar.
La demócrata por su lado, en posición de fuerza, recurrió a palabras clave como "puestos de trabajo", "impuestos", "policía" y "militar" con más frecuencia que Trump. "Hoy Hillary ha conseguido todo lo que que podía haber soñado", dijo James Fallows, corresponsal político de The Atlantic.